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10 en siendo indio de todos a de ser atropellado, y as¡ que quería venirse, a vivir en nuestra rnission y compañia. el religioso temiendo las persecu- ciones de su encomendero, y algún descomedimiento, le dijo que no se podían admitir indios encomendados, en nuestra mission, y as¡ que se volviera a su encomienda, fue tal el sentimiento de el tal indio, que ausen- tandose de el religiosso, tomo vn lazo, y se aorco, teniendo en menos perder la vida que el sugetarse a viia encomienda=y no me admiro de la tal resolucion, porque en esta Provincia por lo ordinario, vale mas mil veces ser vno esclaho, que indio encomendado. porque el esclabo cues- tale a su amo quatrocientos pesos y por no perderlos, cuydan de el mas que de un hijo; pero el indio como apenas les cuesta nade, dejanle morir como a un perro. que importa que su magestad tan piadoso, mande que al indio, en ningun moda lo hagan cargar cosa alguna; que no lo hagan trabajar si solos tres días en la semana, que no los pongan en trapiches, o ingenios l azucar, que les asistan en sus enfermedades. y otras pro- hiviciones loables, si apenas nada de ello se les guarda; y la causa prin- cipal juzgo es la omissiori de tos Governadores, en visitar las encomien- das, pues en cinco que ha habido aquí despues que yo estoy en estos pai- ses, ninguno a vissitado las encomiendas, y en lo que quiza se han fun- dado es en no verse obligados a pribarlas todas, por quebrantadores de las ordenes reales. y para confirmacion de lo dicho pondre estos dos ca- sos que este año en sucedido, en dos de estas encomiendas. en la vna es- taba vn indio moliendo caña para azucar;en vn ingenio, descuydose, y cogiendole ambas manos el trapiche, o, ingenio se las fue chupando, y aciendo migajas, as¡ las manos como ambos brazos, sin poderlo reme- diar, acudieron a los gritos de el pobre indio, .pero fue tarde con que mii- rio m ¡sera blernenteA otro indiecito este mismo año, le cogio vna mano el trapiche, y aunque este no murio, pero quedo sin su mano, cosas to- das de arta compasion. - P<kr huir de esta servidumbre vemos oy a los indios Parias que estan sin doctrina derramados por los montes y cada día nos estan haciendo instancias pera que vayamos a darles doctrina, y por haberlos dado su Ma- gestad en encomienda, por evitar enfados, no nos atrehemos a darles esse consuelo temporal, y espiritual, que ten justamente piden, ni lo ha- remos asta que su Magd. nos lo mande expresamente y es la iruaior lasti- me de el mundo, pues es esta nacion de i ndios , los mas leales a los es- pañoles que por tierra se han conocido, y son tan alentados y veticosos contra los estrangeros, que con ser tan pocos, son muchiasimes las em- barcaciunes que han cogido de enemigos, y e cada paso estan matando tos que llegan a sus puertos, y aun muchas veces ven a las islas de Bar- lovento, a hacer todo el daño que le es posible, de donde suelen traer a)- gunos prisioneros; y casi de ellos - depende la conservacion de este Pro-

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