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67 alpun pariente cercano, en señal de trisfeça o luto: quando alguno muere se juntan todos e llorar al difunto, en la casa donde mario, y si alguno viene después de enterrado, va a llorar a donde está sepultado el cadauer, el modo de llorar es cantando, y lo que cantan es referir algunas cosas de alavanças que tuvo en vida; al Indio que muere muerte violenta, en espi- rando le queman asta reducillo a ceniza. Las casas de lodo este jentio son como chozas, de palos y las cubren con ierva o, ojas, no viven juntos u lo sumo se aliaran dos o, tres casas juntas, todos viven derramados por los montes, lo ordinario tienen sus cases a_ las _orillas d los Rios_y quebradas, buscan las tierras más fra- gosas: de donde nace la grande dificultad que hay _en poblarlos por estar criados_ siempre _en las soledades; viven sin sujeción alguna, en. suma li- bertad desde su nacimiento, pues ni lbs padres, ni las madres jamas se atreuen a castjgar los hijos, por que dizen que si los castigan niños en siendo grandes se uenguran como sucede muchas veces; aquí no ay quien castigue los delitos, no: hay mas justicia que el temor de la vengança, la qua¡ entre estos Indios es esremada, que la guardaran toda la vida, con- que el que comete algún delito o, hace alguna muerte solo temí que los parientes del ofendido se an dCvengar, y a la corta o, a Id larga pocos son lo que no pagan su dliTy esto es lo que a algunos demasiadamen- te atreuidos, les sirve de freno para no dejarse lleuer de su fiereza, y quan- do los ofendidos no se atreuene tornar vengança de quien les ofendio pa- gan e otro Indio para que lo aga; es jente muy pusílanime no estando bo- rrachos, pero esfendolo son unas fieras, y assi para qualquiera afneui- miento que arr de hazen, primero beben demasiadamente pero no de cali- dad que los aga caer la veuida, sino que los enferuorice. El jentio de estas Prouíncias no es mucho, en compaación de lo que se refiere de otras, y la raçon juzgase que es lo uno que de niños mueren muchissimos por criarse con tantas descornodidades desnudos durmien- do A los suelos, no sabér aplicar remedio a sus dolencias sino es aque- llo que la naturaleza puede resistir; lo otro es que suele darle grandisi- simas enfermedades, y estas contajiosas de que mueren rnuchissinios chi- cos y grandes; tienen en ellas mucha tolerancia que parecen son de bron- çe; si se dilata le enfermedad todos desamparan al enfermo, dejandole de- vejo del arnaca un poco de pan y bebida, y a esto se reduçe todos sus re- galos y guisados; en lo más riguroso de le calentura se uañan, el desabri- go- con que están es gi'andisirno, un poco de fuego que hazen deuajo de donde duermen es lo que les sirve de algun aluio, y no otra cosa; no es Ponderable el desamparo que en semejantes lançes esperirnentun los tris- tes, suelen dejarse a un enfermo quando le ven ¡a sin esperanças de vida solo sin comida ni bebida ni lumbre, sin quedar nadie con el, y as¡ solo

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