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59 d. e treinta, en otras de sesenta, y de ciento, y no pocas veces de duzien- tos, en tantas almas, u ovejas, que estavan perdidas, dexan su propia Pa- tria, sus labranzas. y propias casas, y siguen al Predicador, que las lla- ma, en nombre del Pastor Divino, y las combida a la Cena grande de la y quando vienen, ordenamos que antesque lleguen a los Lugares de los Indios ya convertidos, los salgan estos al encuentro, con diversi- dad de instrumentos musicos; y con alegria, y no poco regocijo, son re- cibidos de la suerte que el Soberano Padre recibió al hijo prodigo. Por averse hallado en aquellas Regiones, y Provincias Millares de hi- jos prodigos del Soberano Padre, y millares de dragmas y ovejas perdi- das, en su entrada todo es alegría, y gozo, todo es darse parabienes, y grafulaciones,_y con el mejor banquete, que aquellas tierras permiten, son recibidos estos huespedes, yalados, y hasta qne tienen propias casas, y comidas, los sustentan a su costa los ya convertidos, y hospedan en 'isus 'casas, mediante las persuasiones de nuestros Religiosos, y les ayu- dan a fabricar sus casas, labrar sus tierrar, y'coger sus frutos; y por este medio mas se facilita cada dia el venirse otros muchos Infieles a reducirse, y unirse _con el demás Rebaño de las Ovejas de Christo. y por este medio por el exemplo de los Príncipes, y Capitanes, y el continuado exercicio de la Predicacioñ fervorosa de la Palabra de Dios, esperamos muy en bre- ve la conversion a la Fé catolica, y la obediencia a la Sede Aposfolica, de innumerables Infieles. Hagalo Dios por infinita misericordia, para que to- dos le alaben, y le gozen por toda una eternidad. Amen. b) Carta que enviaron los Caziques a Su Santidad por manos del venera- ble e insigne misionero fr. José de Carabantes 1666 Vida del V. P. Caraban/e.s, Lib. 1/. cap. XV, fol. 211. Ecl. Madrid MD.XC. VIII. BibI. de los PP. Capuchinos de 5ev/ha. M. g. 16. BEATÍSIMo PADRE Repetidas gracias damos, y deseamos se ddn a nuestro Dios, y Cris- dor, por avernos comunicado misericordiosamente la luz del Santo Evan- gelio, por medio de los Padres Capuchinos, que al presente tenemos en nuestras provincias, sacándonos de las grandes, y notables ignorancias, que aun los que entre nosotros, y en estas Naciones, a nosotros sujetas, parecía tener mayor capacidad, nunca avían llegado a conocer, (que) despues de esta vida, huviesse otra inmortal, y eterna, ni quien sea el

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