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4 trato, y comunicacion de las mcigeres Indias, con que poco despue,3 Indios Chacopatas dispusieron TERCERA IOLESIA. para que de su ita e luz/case otro tercer pueblo, con que el suplicante se vio obligado, mandar al dicho Fr. Francisco de Pamplona, que viniesse a Espara, & solicitar la venida de mas Religiosos Missionai'ios, porque los Indios Pa -1 lenques, y Maycanas dixeron al Qovernador de la nueva Barcelona; que siempre que huviesse ReligIosos, se agregarian en poblaciones muchos: Indios, de ambas naciones, y que con mucho gusto harian Iglesias. Y aviendose partido para España, con este fin, el sobredicho Fr. Fran- cisco de Pamplona, fue nuestro Señor servido, de llevarle para si, en el: puerto de la Guayra, ó de Caracas, para darle el premio, de los muchos trabajos, que por su amor, y por el bien de las almas, en esta Mision, en otras avia padecido. CAPITULO II. QUE TRATA DE LAS DIFICULTADES SUSCITADAS CONTRA LA INCIPIENTE t" Y DE COMO SE INTENTARON AHOGAR EN SU GERMEN LOS MAYORES ORES 03 Y estando en este estado, las cosas de la dicha Mission, Don Pedro de Brlçuela Gouernador de Cumana, que acabava de llegar de España, noti- ficó al suplicante vna cedula de V. Mag. en que le niandava á di, y 4 los demos Capuchinos: que se voluiesen a España, de que arrepentido des- pues el dicho Oouernador, escrlvló al suplicante su inadvertencia en auerle notificado la cedula de V. Mag. antes de auer visto aquellas cosas, y saber el estado de la Mission, y aunq° pudiera el suplicante obedeciendola; sus- pender su execucion, hasta que mejor informado V. Mag. dispusiesse lo que fuesse mas servido; juzgó por lo mas conueniente, el obedecer con obediencia prompta, y ciega las ordenes, y mandatos Reales; que el sus- pender su execuclon, aunque fuesse con tan justificadas causas; lo qual luego que fue entendido por los Indios: fue grandissirno su sentimiento, y desconsuelo, tanto, que fue necessario dezirles, para que no se despecha- sen, y bolviessen otra vez á los montes, y desiertos, q° los Religiosos iban a traer otros, para que huviesse mas quien los instruyesse, y que muy presto bolverian; pero quedaron cerradas las Iglesias, y aquellas almas ganadas ya para Dios, en manifiesto, y próximo peligro de perderse, con general atliccion suya, y gran dolor de los Españoles, de aquellas costas, que se lamentavan, y lamentan oy del daño espiritual de tantas almas redimidas con la sangre de Cirristo 5ñor nuestro, y del mal logro della. Despues de lo qual, auiendo venido el suplicante a esta Corte, y gcs