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2 tengan el justo, y devido empleo, segun su instituto Apostolico, en estas conversiones; que ha mas de tres años, que se han suspendido, y enti- viado; por los siniestros informes, con que algunos, con apariencia de buen zelo; han apartado el Real animo de V. Mag. y de su Real Consejo, de lo que con tanta piedad, justificacion, y catolico zelo, auian resuelto. Porque auiendo pasado el suplicante a las Indias, el año passado de 1649, con licencia de V. 'Mag. y de su Real Consejo delios, y con orden de sus Superiores, con algunos Religiosos de su Religion, y auiendo llegado á la Margarita, a donde D. Francisco Santillana y Argote Gouer- nador, que auia sido de ella, les dio noticia de los Indios Cumanagofo, y de la necessidad, que tenian de remedio, y de Ministros Evangélicos, y ofreciendo de su parte todo lo necessario para la Mision, y sus IglesIas, les pidio: que se partiessen a Cumana a tratar de ella, movido del zelo del seruicio de Dios y de Y. Mag. y por el conocimiento, que tenia de lo mucho que importava al seruicio de las dos Magestades, la conuersion, y paciflcacion destos Indios, por la gran experiencia, que tenia de las cosasj de aquellas Prouincias. Y auiendo resuelto da ir ó Cumana, luego qu llegó: solicitó con todos los medios possibles, y mas eficazes la conuer sión, de aquellas almas, que viuian sin luz del Evangelio, y del conoci miento de la verdad; y halló en aquella dilatada Provincia, mas de ocho mil indios bautizados, y confirmados por vn Obispo de Puerto Rico; que los bautizó, y confirmó sobre confianza; de que hallarla Religiosos, que. con breuedad los catequizarían, y instruirian en la Fé, y preceptos de l Ley de Dios; pero quedó tan defraudado desta esperança, y buen deseo: que ni despues dé auerios bautizado, ni antes desde el tiempo, que fueron descubiertas aquellas Prouincias por los Españoles (con ser de las prime ras que se descubrieron, en la tierra firme, y de las mas cercanas a Espa ña,) se halló vn ministro Evangélico, que con ardiente zelo de la F Catolica, y bien de las almas, quisiesse entrar en aquella tierra, por ser destituida totalmente de las comodidades, interesses, y minas de oro, plata, de que otras gozan; ni fue posible, alentar a ello á algunos Religio sos, que tienen Conventos o por mejor dezir ospicios, (por quanto en` algunos delios no habitaban sino dos, o tres Religiosos sin clausuro, n forma de Monasterio,) en las Ciudades mas vezinas, y poblaciones d Españoles. Por lo qual el suplicante, y los Religiosos que llevava de su obediencia, a instancia que de nueuo sobre esto les hizieron, D. Fr. Fernando Lobo de Castrillo, Obispo de Puerto Rico, (que con los dichos Religiosos passó de España,) y los Gouernadores pasado, y presente de Cumana, Don Gregorio del Castellar y Mantilla (que con grande afecto ofreció lo qu fuera necessario de ornamentos, y calizes) D. Francisco de Prado; y el Oouernador que fue de Guayana, y la Trinidad D. Diego Lopez de Escoa

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