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173* se había hecho en esas ricas y fértiles comarcas, desapareció, como el torbellino» (i). «En cuanto a civilización de indios, na- da—dice—absolutamente ha hecho la República; antes bien 'han vuelto a la vida salvaje muchas tribus que habían einpe- zado a recibir de los misioneros la luz de la civilización. Y sin »embargo, nos quejamos de nuestra madre Patria cuando nos- »otros no hemos hecho nada por su civilización, sino socali- »ñarlos y vejarlos...;, a esto, sólo falta agregar la ignominiosa trata que se hace con los pobres indios de la Goagira, y no sa- »bemos si también en las otras regiones, a los que venden co- »mo esclavos, y esto en una República y en el último cuarto del siglo XIX» (2). Continúase lo mismo en nuestros días, por des- gracia, con la excusa de que los indios particulares reciben mayores beneficios, como alimento, vestido, civilización y la fe cristiana: así dicen; pero dentro late un verdadero neg6cio y aprovechamiento, muchísimas veces sin la compensación de- bida. Y más adelante, al hablar de la muerte de los misioneros,. asegura «que ese gran crimen privó a la Religión y a la Patria de esos abnegados y laboriosos obreros que llevaban tan en alto la bandera de la civilización y del progreso, del progreso que tanto se decanta; pero las balas homicidas que los destruye- ron totalmente y sin conmiseración alguna, hirieron también a la Patria en lo más profundo del corazón, haciéndola responsa- ble de crimen tan inaudito, privándola de los importantes servi- cios de esos laboriosos civilizadores y quedando así enter, mente abandonadas esas ricas comarcas que tanto prometían bajo su bia administración» (a). Finalmente, pregunta: «Sin el ase- smato de los misioneros del Caroní, a dónde habrían llegado esas regiones para esta época, dado el rápido progreso que llevaban con ¡a sabia administración de esos misioneros?...»' (.). Oigamos también a D. José Manuel Restrepo: «Autores. que todo lo critican en el retiro de sus gabinetes, han hallado graves defectos en la instrucción moral y religiosa, así como en (i) E1 gran pecado de Venezuela, 2,a Ed. hecha en Maracaibo en 1898, folios 10 y [E. (a) Ibid. fols. 42 )' 43. (3) Ibid. fols, 76 y 77. () Ibid. fol. Si.