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1 38* persión del género humano; el arrepentimiento de nues padres, y los primeros servidores de Dios, como Abel, hij Adán y Eva, que ofrece a Dios los mejores sacrificios, y pués de él todos los patriarcas como Noé, Abraham, Isaáél Jacob, Moisés y los demás profetas y santos del Antiguo T tamento; y cómo llegada la plenitud de los tiempos 4ElV bo se hizo carne y habitó entre nosotros» (i), para hace: todos los hombres hijos adoptivos de Dios y herederos dei gloria (2), y a la vez para manifestarnos el complemento de revelación, establecer su Iglesia, trasladar el sacerdocio de antigua Ley a la nueva, ya perfecta y completa, otorgando sus Apóstoles y sucesores la facultad de consagrar, ofrecer. administrar «su Cuerpo y Sangre» en la Sagrada Eucarist1 perdonar los pecados bajo la autoridad de Pedro, fallecido Roma, y de sus legítimos sucesores, con todos los sacramenti instituidos por el Redentor del mundo? Monumentos preciosos atestiguan cuánto fué el interés q desarrollaron los misioneros por fomentar entre los aborígen la devoción al Santísimo Sacramento del altar, y a la Santísir Virgen María, instruyéndolos en su protección, en sus prert gativas y grandezas de Madre de Dios y en la devoción a 1 Santos y en el ruego de intercesión por los difuntos. De esg manera, según el ingenio pedagógico de cada uno de los mis neros, dieron a conocer a los indígenas todo el cuerpo de dc trina católica en el orden sobrenatural y religioso; la pasión muerte del Salvador y la naturaleza social de la Iglesia, cuyo 1 es elevar a la felicidad y a la salvación eterna a todas las gent del mundo por los medios ordenados por el mismo Jesucrisi mediata o inmediatamente, para la santificación del Univer5 que la Iglesia es la reunión de los fieles cristianos, cuya cabe es el Papa único pastor universal de las almas; que por la m ma razón, la Iglesia es una y universal, visible, independier y obligatoria; que no perjudica, antes favorece a todas las ciones y sociedades honestas, y que es a la sociedad huma lo que el alma respecto del cuerpo. (x) Joat, t. 14. (2) Rom. 8. 17.