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m r r37* Una de las primeras cosas que los misioneros enseñaron a los indígenas fué la caída de los Angeles malos y la prevarica- ción de Adán y Eva; de esa manera les explicaron el pecado original que heredamos de nuestros primeros padres, herencia por la cual quedamos privados de la rectitud primitiva de ori- gen, y por ella sujetos a la ignorancia y a las fatigas de todo género, a las enfermedades y a la muerte: con esto, los indíge- nas comenzaban a comprender la justicia, la bondad y sabiduría de Dios, y les quedaba bien fija la sanción divina de la' pena y de la gloria eterna, la que se manifiesta en la caída de los An- geles malos y de nuestros primeros padres, junto con la prome- sa de Redención que éstos recibieron el día de su desobedien- cia. Si existe la sanción divina es forzoso el juicio particular y universal, en donde aparecerá el triunfo completo del bien y de la virtud sobre el mal y el pecado, elevando Dios a los buenos a la Gloria eterna y quedando exc!uídos eternamente de ella los réprobos, y sujetos a su propia condenación en el fuego inextinguible del infierno. Muy particularmente los misioneros se esmeraron en instruir a los indígenas en el conocimiento del Reparador del género humano y Redentor del mundo, NuestroSeñor Jesucristo, Dios y hombre verdadero, y el Mesías prometido por la Ley, y los profetas, de quien se dijo: «Este es el Cordero de i)ios que quita los pecados del mundo» (i); y por quien se oyeron estas voces del Cielo: «Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo todas mis complacencias, oidle» (2); y en quien se com- pleta la Revelación Patriarca! y Mosáica, y fuera de cuyo nom- no hay otro en quien puedan ser salvos los individuos, los pueblos y naciones (3), por ser El, el Unigénito del Padre y figura de su substancia (4), y ante quien doblan sus rodillas el cielo, la tierra y los abismos (a). ¿Y quién podrá dudar que los misioneros dieron a conocer a los indígenas el diluvio universal, según la relación Mosáica; la confusión de las lenguas y dis- (i) Joan. i. 29. (2) Luc, 9. 35. Mat, 17. 5. (3) Act. . 12. (4) 1Icbr, x. 3. () Philip. 3. ¡o.

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