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CAPÍTULO XXII Que trata de la organización económico-social de la administración y gobierno de los misioneros capuchinos (CONTINUACIÓN) Esto mismo nos trae a la mente la cuestión de los trans- portes, los caminos y las recuas de tráfico constante por las que conducían los frutos sobrantes de la producción, los que servían para surtir y abastecer a la Guayana y de beneficio común para los españoles y los indígenas en particular y en general. Más adelante hablaremos de las ganancias provenien- tes de este tráfico y del destino a que se aplicaban, con el fin de tratar ahora solamente del modo de proceder los misioneros en la distribución de la abundancia o riqueza de las misiones. La distribución de que ahora hablamos consiste en repartir justamente los productos obtenidos, entre los que directa o in- directamente han contribuído a formarlos, dando a cada uno suproporción correspondiente. Ya hemos insinuado que los misioneros lograron establecer el salario en la administración y gobierno de las misiones; pero el modo de repartir a los in- dios el producto de su trabajo nos lo explica magistralmente D. Eugenio de Alvarado al tratar de la vida económica de los Padres (I). El salario no es otra cosa que la recompensa del trabajo, y los misioneros lo consideraron como un anticipo de la producción, o como aseguración de la parte del obrero. He- mos de notar a la vez que los misioneros llevaban los trabaja- (i) Véase Rlacid,, Año de £755.

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