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CAPITULO XVIII Que trata del modo de proceder los misioneros capuchinos en la administración y go- bierno de sus misiones para conseguir el orden civil entre los indígenas Investiguemos ahora la nanera de proceder los misioneros en la administración y gobierno de sus misiones para conseguir el orden público. En esto encontramos máximas sorprendentes que nos explican el bienestar común de los indígenas puestos bajo la administración y gobierno de los referidos Padres. El orden público pudiéramos definirlo diciendo que es la concordia de los individuos entre sí en sus relaciones con la ley natural y social; y al llegar aquí, debemos notar que si el indi- viduo no se tranquiliza y ordena a sí propio, interna y externa- mente, con dificultad podrá ser causa de tranquilidad y de orden en los demás, sobre todo cuando abiertamente daña los derechos ajenos, de una manera clara y por culpa propia o voluntariamente: cuando ocurrían estos percances desagrada- jles los misioneros procuraban que los encargados del orden 'público lo restaurasen de nuevo, por los medios que estuviesen en armonía con el estado peculiar de los indios, y si alguna vez pasaban por alto muchas cosas, lo hacían por el bien común; y por eso hallamos que perdonaban o disimulaban lo que no podían corregir sin mayores trastornos, dejando en esos casos a la sanción eterna de Dios el castigo. Basada la administración y el métodó de los Padres Capu- chinos más en la instrucción que en la represión, esforzáronse los ipisioneros en volver los delincuentes al camino del bien y de la honestidad y a la guarda de la ley natural y divina y de

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