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90* de éstos, sino que también prepararon a los demás, según s disposición e ingenio, para otras cosas más altas y necesari2 al conjunto indígena, dadas todas las circunstancias; pues n ha de olvidar el lector que los misioneros capuchinos al princ pio carecían de toda clase de recursos, y que de los primerc que se lanzaron a establecer el centro de las misiones en 1 Guayana, muchos murieron de necesidad, y otros, según cronista Anguiano, «cegaron de pura hambre». La lucha desigual que los misioneros emprendían en cad población nueva que plantaban entre las selvas, no es pat descrita: ellos tuvieron que poner en movimiento el entend miento, la imaginación y los sentidos del indio, y usar convi nientemente de estas cosas para mover la voluntad del salva al libre seguimiento del bien. Los misioneros comprendían qr el entendimiento, la imaginación y los sentidos tienen su objet propio, y que su acción está sujeta a leyes naturales fijas, que la voluntad humana no puede obrar sino después del con cimiento que tienda al bien y a la honestidad; y, finalment es preciso que esa tendencia reciba el impulso y la fuerza nec' saría de la imaginación y de las pasiones ordenadas, que s las partes principales del sentido humano. lic esta manera, k misioneros, sin violencia y sin trastornos, prepararon la edue ción social de los indios, por más que tuviesen que comenz este trabajo en cada pueblo que levantaban de nuevo; prop niendo unas veces lo que se pretendía de los indios, y otr, apartando lo contrario a esa acción educativa en lo que tier de positivo y negativo. Si fomentar el cultivo de la inteligencia es la primera neo sidad del hombre, educar la voluntad es el deber de la autorid social para llegar a perfeccionar al individuo, y después c éste, al conjunto; a este fin, los misioneros tuvieron especial simo cuidado de dignificar a los indígenas y de perfeccionar c ellos la voluntad, por medio de juicios rectos, unas veces rectamente por medio de la autoridad, y otras por la razón;., ya individualmente, por medio de la práctica de las artes,. por otras obras, tales como las ceremonias solemnes, las grai des reuniones, las escuelas, las pláticas y sermones frecuente desde donde llevaban hasta el conjunto indígena las opinion

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