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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 81 y muy poco la castellana. Son estos indios de buena naturaleza y son ladinos, aplicados frecuentemente al trabajo y cultivo de los montes; son prontos a la obligación de la doctrina cristiana y demás obligacio- nes de cristianos y lo celan de oficio los oficiales del pueblo y lo mismó con corta diferencia sucede en los dos pueblos arriba referidos, y todos son de una misma nación; administra a esta misión el Padre Fray Miguel de Cádiz, de edad de sesenta años. Misión de Nuestra Señora de Altagracia en la mesa de Iguana, no muy distante del río de este nombre, que fundaron vuestros misio- neros el año de mil setecientos treinta y cuatro; contiene el número de doscientas y sesenta almas de nación guaiquires y algunos pocos palenques. Dicha misión fue muy copiosa en sus principios, mas por la división que entre sí tenían dichas dos naciones, se disminuyó su mayor número, prevaleciendo la guaiquire, y aun de éstos han varia- do algunos de domicilio. Todavía mantienen en parte los ritos de su gentilidad en ocasiones que se retiran de su pueblo con el motivo de pesquería y otros semejantes, que no se les puede estorbar siempre por lo propensos que son a huirse para el río de Orinoco. Son holga- zanes y, a instancias del Padre que les asiste, andan ya vestidos con honestidad, quien los tiene persuadidos que trabajen para lo dicho; le administra el Padre Fray Felipe de Jerez, de edad de cuarenta y cinco años. Villa de San Fernando, en la mesa de Cachicamo, distante seis leguas de la misión de Iguana y cuatro de la de Altamira, que para resguardo de estas dos misiones, con despachos de vuestro goberna- dor y capitán general de vuestra provincia, se le dio principio por vuestros misionarios el año pasado de mil setecientos y cincuenta y dos, situada sobre el río de Chibata, distante así ésta como las dos supradichas misiones un día de camino del río Orinoco, la que sirve de reparo contra las hostilidades de la nación caribe, que algunas veces se padecieron y continuamente amenazaban lo mismo, de las que ya al presente se hallan libres dichas dos misiones. También se fundó dicha villa para reparo del trato ilícito, que por el puerto de Cachicamo tenían los extranjeros. Contiene trescientas almas y juzgo llegará a ser consu- mada villa por las conveniencias de campo que tiene; la administra el Padre Fray Andrés de Grazalema, de edad de cuarenta y dos años.

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