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66 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA des que aquéllos por los mayores gastos que tienen en las supradichas jornadas, manteniendo de un todo los indios gentiles o recién Con- vertidos y por las ningunas haciendas ni obvenciones en las iglesias y pueblos a su cargo. Esto, además de hallarse justificadamente ejecu- tado ante el rey nuestro señor ser los misioneros de esta provincia, equiparados con los de otras religiones, los que menos Costos han causado a la real hacienda en el espacio de Cien años que ha vinieron a estas misiones y trabajado en ellas en el santo apostólico ministerio de la salvación de las almas con los conocidos, y justificados adelanta- mientos que constan de muchas reales cédulas expedidas a favor de ellos, en virtud y representación de muchísimos jurídicos instrumentos que así lo comprobaron y al presente justifican, y con singularidad sobre este último particular, pues, aun cuando los misioneros capu- chinos de estas provincias contiguas, además de otros costos que han causado y causan al real erario, tienen asignada por S. M. y gozan la limosna o sínodo de 150 pesos anuales, unos, y la de 200, otros, los de ésta se contentaron solamente con la de dichos 50 no obstante que su piadosa vigía y liberal mano les asignó en los princi- pios mayor cantidad que renunciaron humildes y desinteresados como seráficos pobres, aunque entonces con más santos razonables moti- vos, que no considerarían congruentes el día de hoy por la suma pobreza en que nos hallamos constituidos; en cuya atención y verdad podrá V. S. 1. considerar, y con su grande comprensión inferir, el que, si las reducciones de indios no tienen al presente ni tuvieren en adelante los copiosos frutos que deseamos en servicio una y otra Majestad, no será por defecto de nuestros misioneros, sí por la falta de necesarios y conducentes medios para ello, sin los que, en asentada teológica razón, es imposible conseguir sus fines 25.—Lo tercero de que debe informar a V. S. 1. el expresado Prefecto es sobre la naturaleza y propiedades de los indios de este continente, y trabajos que en su reducción padecemos los misio- neros. Es bien notorio, Ilustrísimo Señor, el que la variedad de naciones de indios gentiles, que se han conquistado y conquistan en la multitud de ríos, caños, montes y llanos del vasto terreno de esta provincia, son todas, aunque muy diferentes en el lenguaje y sitio de cada nación, de iguales propiedades en sus bárbaras inclinaciones y costumbres; viven y han vivido siempre desnudos, sin natural pudor, sin religión ni rito conocido, sin sociabilidad política ni gobierno, siempre vagueando de unas a otras partes, por lo que ni tienen casas

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