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62 PUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA los santos sacramentos, y ésta es también una de las fundaciones a la que, según la citada orden de S. M., está mandado se le suminis- tren ornamentos, vasos sagrados y campana; fund6la el supradicho Padre Fr. Jerónimo de Gibraltar y al presente, para su curato y doctri- na, el Padre Fr. Anselmo de Ardales, predicador, de edad de 29 años, 13 de religión y 2 de misionero. 19.—La población de San Nicolás de Sarare es un agregado de varias gentes y naturales, en feligresía de dicha ciudad de Barquisime- to, cuya distancia de más de 12 leguas, hacía carecer este vecindario de todo pasto espiritual, y por cuya causa, a súplica de los curas de dicha ciudad y conciencia de este superior gobierno, ha puesto en ella el Prefecto de las misiones uno de los misioneros que la administre; habiéndose hecho a costa de algunos particulares vecinos una iglesia aunque cobijada de palma, medianamente capaz y decente, tiene los ornamentos precisos, vasos sagrados y campana, y el número de su vecindario se regula a cerca de 600 almas de ambos sexos; hállase esta agregación con conocido adelantamiento desde que está al cuidado de nuestros misioneros y en uno de los caminos reales de la provincia, en común beneficio de los que trafican, y puede ser muy importante para el fomento de dicha nueva fundación de Santa Inés y para el alivio de otras misiones: la asiste al presente el Padre Fr. Diego de Ubrique, predicador y ex-Guardián, de edad de 63 años, 43 de reli- gión y 16 de misionero, quien, después de haber trabajado con particu- lar celo en la supradicha misión de Bobare y fabricado en ella la nueva iglesia que queda referido, se retiró por sus achaques y avan- zada edad el año próximo pasado, con agregación que pidió a dicho pueblo de Buría. 20.—Todos los expresados 25 religiosos son naturales de los reinos de España e hijos de la santa provincia de Andalucía, quienes, después de haber estudiado en ella la filosofía, teología escolástica y moral, a excepción del Padre Fr. Cirilo Bautista de Sevilla, que sólo estudió la moral, y el hermano Fr. Antonio de Jerez, que de orden de S. M. vino para enfermero del hospicio que su piedad católica se dignó conceder a estas misiones, como obtenido en dicha provincia muchos de ellos varios cargos y empleos, que sirvieron con acepta- ción; vinieron a ésta de Caracas con los despachos y licencias necesa- rias, en la que todos se han mantenido y mantienen con buena opinión y conducta en el santo apostólico ministerio; no habiendo resultado en dicha visita el más leve cargo o particular nota contra ninguno de

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