BCCCAP00000000000000000000508

- MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 463 me sobre la justicia. Dicho Ilmo. Sr. está en Sevilla. Si V. P . M. R. quiere saber más individualmente todo este asunto e informarse más radicalmente de mi conducta y la del expresado R.P. Prefecto, se des- engañará y. P - M. R. perfectamente de la injusticia con que éste me calumnió, si gusta V . P . M . R. de preguntar sobre esto a su Ilma. Sobre el último punto de noticias sobre los establecimientos de estas misiones con arreglo a los documentos y papeles que debían exis- tir, y supone con mucha razón V. P - M . R. existen en el archivo de estas misiones, digo y desengaño a V . P . M . R. que, por la incuria e indolencia de los últimos Prefectos, se ha perdido todo. Recién venido yo a estas misiones, por los años de 70 y 80 del siglo anterior vi dos cajones llenos de documentos y papeles muy preciosos e importantí- simos, que le hacían mucho honor tanto a las misiones como a sus venerables fundadores, y después los vi, con cuánto dolor, todos ente- ramente podridos en la misión de un Prefecto, de resulta de haberse mojado ambos cajones al pasar un caño algo profundo y muy abundan- te de agua, cuando los hacía conducir a su pueblo un nuevo Prefecto a quien se le habían entregado en la misión donde se acababa de cele- brar el Capítulo de su elección; y así mojados los tuvo en su casa sin abrirlos ni verlos en los tres años de su prefectura, y, cumplidos éstos, los llevó su sucesor en el mismo estado a su misión, y, habiéndolos abierto alí, encontró todos aquellos papeles en el estado que he dicho y fue necesario quemar toda aquella basura podrida. Por lo que no hay en el día de donde sacar las noticias que V . P . M . R. desea. Además de que todos los establecimientos nuestros, en que es- taban viviendo nuestros religiosos, cuando comenzó la revolución, que aún permanece al cabo de diez años, de estas provincias, y a las que considero se contraen las de V. P M . R., están en el día unos ocupa- dos, como he dicho, y los más destruidos por los revolucionarios, sin que haya quedado siquiera uno en nuestro poder, por lo que los po- cos religiosos que hay o existen, están todos sirviendo curatos secula- res, por cuyo motivo su prelado regular no tiene que hacer con ellos otra cosa que velar sobre su conducta religiosa y privada, pues en lo demás están sujetos al Sr. Vicario general y gobernador de este ar- zobispado, que les ha confiado estos curaticos, aunque pobres, interi- namente, para que no les falte la ocupación en su ministerio y la pre- cisa subsistencia, pues la real hacienda, por sus muchos atrasos y cre- cidos gastos diarios en las tropas, que en tantos puntos de estas pro-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz