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448 PUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA nuestras misiones en los tiempos espantosos que ya han pasado; mira- ba con dolor el desamparo de ellas, con el recuerdo de infinitos dis- gustos, calumnias, fatigas y tropelías que nos han costado, sin que me atreviese a tomar disposición alguna, no obstante que un verdadero celo apostólico me devoraba por la salvación de las almas, y más co- nociendo que podía remediar en lo posible estas necesidades. Sí, Ilmo. Sr., han calmado estos males y a ellos ha sucedido un día de gozo que recibió mi alma con el contenido del citado oficio de 24 de fe- brero, por el cual y su tenor se han deshecho las trabas que se me oponían, y me encuentro con aquellas facultades que siempre han teni- do mis predecesores, desde tiempo inmemorial, que los dignísimos an- tecesores de V.S.I. jamás habían hecho la menor novedad, como que les constaba por cédulas reales la facultad de fundar ciudades, villas y pueblos, de agregaciones y misiones de indios gentiles, precediendo las licencias necesarias, como se requiere, y entendiéndose, para Ja de cura de almas de los pueblos de españoles, el Ordinario superior con los RR . PP. Prefectos, de cuyo modo se ha dado siempre su más exac- to y eficaz cumplimiento a las órdenes de esta silla archiepiscopal. Esta orden se había guardado por nuestra parte sin la menor omi- sión ni resistencia a las disposiciones superiores y, si hemos sido sido molestos con nuestras representaciones continuas y repetidas súplicas para que se reciban los pueblos que incesantemente hemos presentado para su secularización, no hemos hecho otra cosa que cumplir con nuestro ministerio apostólico, en atención a que nuestro instituto es el de conquistadores espirituales, por cuya razón no debemos detener- nos en lo conquistado, habiendo operarios seculares, a los cuales deben encargarse las misiones de Altamira, Iguana y Bobare, ésta situada en la Vicaría de Barquisimeto y aquéllas en la de San Fernando de Cachicamo, que hace tiempo tenemos presentadas a V.S.I. para su secularización, y, que en el día entiendo están sin ministros del san- tuario, lo que no puedo mirar sin dolor esta falta de pasto espiritual de aquellas almas, que no dudo proveerá V.S.I. y que con su buen ejemplo les harán progresar los curas que a ellas se destinen, pues no puedo mirar con indiferencia las primicias de nuestro trabajo, y parece que Dios ha destinado a V.S.I. para que recojamos el fruto. Tengo oficiado al señor Obispo electo de Guayana y también al jefe de la misma provincia, para que se sirvan licenciar al servicio de estas sagradas misiones a los Padres emigrados Fr. Francisco de An-

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