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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 371 Fr. Buenaventura de Benaocaz con más tres villas, con el fin de que los religiosos ocupados en dichos pueblos, desembarazados de ellos pasasen a este lado de Apure a trabajar en la conquista y nuevas re- ducciones en el vasto terreno que hay entre los ríos Apure y Meta; y aunque los señores Ilmo. Obispo, gobernador e intendente quedaron en la pronta recepción y provisión de curas seculares en dichos pue- blos, hasta el presente no se ha verificado en todos ellos sino sólo en las tres expresadas villas de españoles. De lo que ha resultado que muchos de dichos pueblos han estado solos casi catorce años, pues, aunque en algunos hay todavía misiones y están encargados de asistir a temporadas en los pueblos que carecen de religioso, hasta que sean proveídos de curas clérigos seculares como en varias representaciones se ha pedido, esta providencia no ha sido suficiente para impedir las fatales consecuencias que en casi todos ellos se han experimentado de extraviarse muchos de sus indios y vecinos españoles, abrigándose los unos por los montes y despoblados, y los otros por los llanos y sus hatos, viviendo unos y otros con la libertad de conciencia a que son inclinados. Misión del Santo Cristo de la Humildad y Paciencia de Cama- / guán.— Tuvo principio en ci año de mil setecientos sesenta y ocho por orden de los señores gobernador y Vicario general de Caracas, quienes cometieron su fundación al Doctor Don Juan Antonio de Ur- bina, presbítero secular, quien la desamparó a los dos meses, y dichos señores nombraron a Fr. Tomás de Castro, misionero, para su con- tinuación y erección de curato de veinte y dos hatos de ganado ma- yor que hay en su pertenencia; agregándose muchas familias de indios guamos, prófugos por los montes desde que se demolieron el antiguo Camaguán y la fundación de Guatarama. Las familias de indios que en el día subsisten, son sesenta y siete, cuyo número de almas es el de trescientas y trece, y las familias de vecinos españoles en el pueblo son diez y siete, que hacen ciento cinco almas, de modo que unos y otros harán el total de setecientas diez y ocho almas. Tiene la po- blación ochenta y cuatro casas, con casa-convento e iglesia, campanas, ornamentos, vasos sagrados y lo demás necesario al culto divino. La administra el P. Fr. Tomás de Castro. Nota.— Esta misión ha sido y es muy útil para las entradas al terreno de entre los ríos Apure y Meta y para las nuevas fundacio- nes que en otros terrenos se van estableciendo, por cuyo motivo, aun-

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