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338 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA h de ciento y doce, y las segundas de cincuenta y ocho, que unas y otras componen ciento setenta almas. Compónese la población de doce casas, con casa convento e iglesia de bajareque cubierta de palma, con campana, ornamentos, vasos sagrados y demás necesario al culto divino. La administra el citado P. Fr. Juan Evangelista de Málaga. N. P. S. Francisco de Cojede, a orillas del río de este nombre, jurisdicción de la villa de San Carlos, provincia de Caracas.— Almas, 687.— El año de mil setecientos se fundó esta misión con indios gentiles gayones y guamos, a los que en distintos tiempos se han me- tido indios gentiles de las naciones otornacas, guaranaos, taparitas y yaruros, que en distintas entradas se han sacado del otro lado del río de Apure, y, por más que con ellos se ha trabajado, siempre se han profugado a su centro. A más de los dichos se han agregado va- rias familias de indios achaguas, y en las tierras de la misión se hallan algunos españoles de todas castas. Las familias de indios son noventa y siete, que componen cuatrocientas cuarenta y cuatro personas. Las de los españoles, sesenta y ocho, que componen doscientas cuarenta y tres: que unas y otras componen seiscientas ochenta y siete almas. El pueblo se compone de ciento y tres casas. Tiene casa-convento e iglesia, una y otra de horconería y tapias, con cobija de palma, capa- ces y decentes, con campanas, ornamentos, vasos sagrados y demás alhajas para el culto divino. La administra el P. Fr. Miguel de Bcr- bejal, entrado en el segundo año de misionero. La Divina Pastora del Jobal o Lagunitas, contiguo al río Tirgua, jurisdicción de San Carlos, provincia de Caracas.— Almas, 2.265.- Di6se principio a esta misión el año de mil setecientos cincuenta y sete, con indios achaguas, taparitas y guamos, a los que después en dos ocasiones se le agregaron indios gentiles otomacos y yaruros, sa- cados en jornada del otro lado del río Apure, los que, apenas com- pletaron dos años, cuando se volvieron a sus respectivos terrenos, y por la fertilidad de las tierras de su inmediación, se han ido agregan- do varios vecinos españoles con las labranzas. Cuando hice la regular visita, existían ciento cincuenta y dos familias de indios, que compo- nían novecientas y tres almas, y veinte y tres familias de españoles, que unas y otras componen mil cuarenta y una persona. Y por dis- posición de vuestro venerable obispo, en su santa pastoral visita, agre- gó, para efecto de administrar el pasto espiritual, doscientas cuatro familias de españoles, que viven fuera de las tierras de Ja misión, que

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