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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 323 llevar algún ganado, han querido volver a solicitarlo, todo lo cual ha privado por ahora dicho establecimiento, pues, de volver allí sin vecinos ni esperanzas de congregarlos, sería sacrificarme inútilmente y perder el tiempo que puedo emplear en otra parte con más provecho, además de haberme enseñado la experiencia de veinte y cinco años de misionero y en ellos dos veces Prefecto, que el mejor modo de ade- lantar las poblaciones es caminar con ellas de lo que está conocido a lo inculto, y así no desconfío yo que, siguiendo este método, se con- seguirá más adelante fundar la villa del Meta, porque pueden irse protegiendo unas poblaciones a otras, lo que no es dable conseguirse habiendo de empezar por lo más remoto. En este estado y habiéndome elegido la santa comunidad por su Prefecto de estas misiones, aunque sin mérito) me acercaba a empe- zar la visita del presente trienio, cuando recibí un testimonio de un auto expedido en quince de abril de mil setecientos ochenta y siete por vuestro gobernador y comandante militar de esta nueva provincia de Barinas, Don Fernando Miyares González, donde, de resulta de su visita y reconocimiento practicado personalmente hasta este Paso Real de Apure, donde se une a dicho río el de la Portuguesa, solicita, entre otras cosas, mi dictamen y acuerdo sobre si será a propósito dicho terreno del Paso Real para fundar una villa o pueblo de espa- ñoles, respecto a las ventajas que priven a beneficio del referido auto; y, habiéndome parecido no sólo a propósito el terreno sino con- veniente para la proyectada población de españoles al progreso de las mismas misiones, Ja contesté bajo este concepto, con fecha de trece de enero próximo pasado, la que contiene la adjunta copia, brindá- dome para fundador, en cuya consecuencia y de haberse evacuado por parte del juez real comisionado por el enunciado vuestro gober- nador de Barinas las demás diligencias para el reconocimiento del expresado terreno y declarádose por útil y ventajoso para la fundación de una villa de españoles con el título de San Fernando, en obsequio del Serenísimo Señor Infante Don Fernando, hijo primogénito del Serenísimo Príncipe de Asturias, quedo dando principio a este útil establecimiento, habiendo precedido el señalamiento de terreno para plaza, iglesia, casas capitulares y solares de vecinos que pasó a practi- car personalmente el mismo gobernador de Barinas. De todo lo cual doy por mi parte cuenta a y M. con el consuelo de tener ya reunido

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