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304 - I'uEN'rEs PARA LA HISTORIA COLONIAL DR VENEztJÉLA se le pida, cuya providencia se mandó poner en noticia del teniente justicia mayor de esta villa, comisionado para intervenir en la recep- ción de cuentas por el señor vicepatrono regio de esta provincia, lo cual no pudo verificarse a causa de estar ausente dicho teniente, según consta del expediente del asunto que se halla en esta secretaría de mi cargo. En la supradicha iglesia no hay fundada cofradía alguna. Matrícula o padrón de esta villa, 433 almas. Pueblo de Nuestra Señora del Rosario de Altamira (fi. 578v-79). —El día veinte y cuatro de febrero de mil setecientos ochenta y tres salió su Señoría Ilustrísima de la supradicha villa de San Fernando y, habiendo andado cerca de cinco leguas, llegó a este pueblo de Alta- mira, y en el propio día procedió a la visita de su iglesia con la cere- monia acostumbrada, vio y reconoció la fábrica, fuente bautismal, al- tares, imágenes, vasos sagrados, ornamentos y demás bienes y de todo se formó inventario que original está extendido al. folio 145 del libro 5 de Inventarios. Este pueblo es de misión viva o reducción de indios para los cua- les fue principalmente fundado y ellos únicamente lo habitan sin mez- cla alguna de españoles ni gentes de otras castas dentro de la pobla- ción ni en sus campos en los cuales tampoco vive ninguno de los in- dios, porque, aunque allí tienen sus sementeras y crían algún ganado vacuno, mulas y caballos, habitan todos dentro de dicha población. Esta se comenzó a fundar el año de mil setecientos cuarenta y cuatro por los religiosos capuchinos andaluces, misioneros de esta provincia con indios de naciones abaricotos y palenques y está a cargo de los mismos religiosos. Corresponde al vicariato de la ciudad de San Se- bastián de los Reyes y su territorio consiste en cuatro leguas y media de oriente a poniente, y tres de norte a sur. Al oriente confronta con el Pueblo de San Diego de Cabrutica, del obispado de Puerto Rico, distante diez y nueve leguas; al poniente, con alguna declinación al norte, con el supradicho pueblo de Iguana, distante cinco leguas; al norte, con el pueblo de Santa María de Ipire, distante once leguas, y al sur, con declinación al oriente, con Ja supradicha villa de San Fer- nando, distante cinco leguas. La iglesia de este dicho pueblo de Altamira está dedicada a Nues- tra Señora del Rosario; su fábrica es de una nave de corta capacidad y duración, cuyas paredes son de bajareque y el techo de varas y cañas, cubierto de palma; tiene sacristía, pieza de bautisterio y un pórtico de semejantes materiales, todo viejo y malparado. Los altares son tres,

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