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302 PUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA apremiase a los tales herederos a fin de que presentasen sus cuentas e igualmente se dispuso que dicho vicario solicitase alguna persona para mayordomo de la expresada hacienda, mediante la renuncia que hizo el que en la actualidad lo era, y que el que se nombrare, se en- cargue provisionalmente de la renta de fábrica de la referida iglesia, según consta del expediente del asunto que se halla en esta secretaría de mi cargo; en la supredicha iglesia no hay fundada cofradía alguna. Matrícula o padrón de este pueblo, 1.906 almas. Villa de San Fernando de Cachicamos (fi. 576-578).— El día veinte y uno de mil setecientos ochenta y tres salió Su Señoría Ilus- trísima del antecedente pueblo de Iguana, y, habiendo andado siete leguas, llegó a esta villa de San Fernando de Cachicamos, y en el propio día procedió a la visita de su iglesia con las ceremonias acos- tumbradas, vio y reconoció la fábrica, fuente bautismal, altar, imáge- nes, vasos sagrados, ornamentos y demás bienes y de todo se formó inventario que original está extendido al folio 143 vuelto y siguiente del libro 5 de Inventarios. Esta villa es de vecinos españoles y de otras castas, de los cuales unos habitan dentro de la población y otros en los campos donde tienen sus sementeras y principalmente hatos de ganado vacuno, de mulas y de caballos. Se permitió la fundación de esta villa a los reli- giosos capuchinos andaluces misioneros de esta provincia para soco- rro y amparo del supradicho pueblo de Iguana y del de Altamira y a cuyo fin se facultó por el señor Ordinario eclesiástico de este obis- pado a dichos misioneros para la administración de sacramentos a los vecinos españoles que allí habitasen, en despacho expedido a veinte y uno de noviembre de mil setecientos cincuenta y dos y en el mismo año parece haberse comenzado a fundar la expresada villa, porque desde diez y nueve de octubre del propio año empiezan las partidas del primer libro de bautismo de su iglesia y desde entonces hasta ahora está a cargo de dichos religiosos capuchinos. Corresponde esta referida villa al vicariato de la ciudad de San Sebastián de los Reyes y de su territorio consiste en treinta y cinco leguas de oriente a po- niente y cerca de diez y siete de norte a sur. Al oriente confronta con el pueblo de San Diego de Cabrutica, del obispado de Puerto Rico, distante diez y seis leguas al poniente con Ja nueva parroquia de Santa Rita del vicariato de Calabozo, distante treinta leguas; al norte, con el pueblo de Santa María de Ipire, distante once leguas, y al sur, se extiende dicho territorio hasta la orilla del río Orinoco, distante cator-

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