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300 PUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA número de éstos habitan en los campos donde tienen sus sementeras y algunas haciendas de cacao. Se comenzó a fundar el año de mil setecientos nueve, con indios gentiles de naciones otomacos, atatu- res, masparros, guamos y guaranaos, por los religiosos capuchinos an- daluces misioneros de esta provincia, y estuvo a cargo de ellos, hasta el año de mil setecientos cincuenta y dos en que, erigido en doctrina, se comenzó a proveer ésta, conforme a las Leyes del real patronato, en presbítero secular, lo cual fue aprobado en real cédula de trece de octubre de mil setecientos cincuenta y tres, cuyo original se halla al folio 286 del libro 4 de reales cédulas, habiéndose también dis- puesto en auto de tres de julio del citado año de mil setecientos cin- cuenta y dos, proveído por el doctor don Carlos de Herrera, Provisor y vicario Capitular, a consecuencia del concordato, plática y confe- rencia precedida con el excelentísimo señor don Felipe Ricardo, go- bernador y Capitán general de esta provincia, que de los productos de una hacienda de cacao, situada en el mismo pueblo, sacados los costos de su cultivo, un cuatro por ciento para el administrador y cincuenta pesos para el sujeto que sirviere de sacristán y enseñare a leer y escribir a los indiecillos, lo restante se dividiese en tres partes y de ellas se diese una al cura para su congrua, otra a la fábrica de esta iglesia, y otra a los indios, entre los cuales se había de distribuir para el socorro de sus urgencias y necesidades con intervención del cura y del corregidor del presente pueblo. Este corresponde al vica- riato de la ciudad de San Felipe y sus territorio paroquial consiste en dos leguas y cuarto de oriente a poniente, y dos leguas de norte a sur. Al oriente confronta con el pueblo de Tara del vicariato de la ciu- dad de Nirgua, distante tres leguas; al poniente, con dicha ciudad de San Felipe, distante dos leguas; al norte, con el pueblo de los Ca- ñizos, distante dos leguas; y al sur, con la citada ciudad de Nirgua, distante ocho leguas, en que intermedian algunas serranías casi in- accesibles. La igiesia parroquial de este dicho pueblo de Agua Culebras está dedicada a San Francisco Javier; su fábrica es de una nave que, con la capilla mayor y dos colaterales, hace figura de cruz, las pare- des son de tapias y mampostería, y el techo de tablas cubierto de teja; la sacristía está construida de semejantes materiales. En un costado de la capilla mayor y a la misma banda hay un cementerio cercado de tapias. Los altares son cuatro, a saber: el mayor, en que siempre está colocado el Santísimo Sacramento y la imagen del Santo titular;

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