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284 rurN'ris PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA bollos. Se comenzó a fundar este pueblo el año de mil setecientos se- senta y ocho por un presbítero secular en virtud de disposición del señor Ordinario eclesiástico de este obispado, y del señor goberna- dor y capitán general de esta provincia, a fin de recoger y establecer allí los indios que habían desamparado el pueblo de Cabruta y tam- bién otros indios gentiles que andaban dispersos en aquellas partes. Corrió a cargo de dicho presbítero hasta el año de mil setecientos y setenta, en que, por haberse considerado más oportuno y en atención a la súplica hecha por los religiosos capuchinos andaluces misioneros de estas provincias, se les entregó a éstos con el objeto de que sir- viese de escala a los misioneros que fundan los supradichos pueblos de la otra banda del río Apure, y desde entonces corre este pueblo a cargo de dichos religiosos en calidad de misión. Corresponde al vica- riato de la villa de Calabozo y su territorio consiste en treinta y cua- tro leguas de oriente a poniente, y diez y siete de norte a sur. Al oriente confronto con el pueblo de Cabruta, distante cincuenta leguas; al poniente, con la villa de San Jaime, distante ocho leguas; al norte, con el pueblo de Tiznados, distante veinte y cuatro leguas, y al sur, con el pueblo de Atamaica, distante veinte leguas, de cuyos terrenos que son casi todos llanos, se inundan muchas partes en tiempo de in vierno con las crecientes de los ríos. La iglesia de este pueblo se titula de la Humildad y Paciencia de Nuestro Señor Jesucristo; su fábrica hace figura de tres naves dis- tinguidas con columnas de madera, las paredes son de bajareque do- ble, y el techo de varas y cañas cubierto de palma; es de mediana capacidad y, aunque nueva, no ofrece mucha duración; tiene sacristía detrás, y un pórtico al frente de semejantes materiales. Esta fábrica se estaba acabando de perfeccionar al tiempo de la visita y aun se celebraban entonces las funciones eclesiásticas en la pequeña iglesia que se fabricó desde el principio y estaba ya muy deteriorada; en ella había dos altares, a saber: el mayor, y otro de las benditas ánimas. La pieza de baptisterio se hallaba principiada en la fábrica nueva y asimismo provisto el sitio donde se había de hacer el cementerio. El religioso capuchino misionero de este pueblo es el único mi- nistro que tiene dicha iglesia y las rentas que anualmente goza son ciento y cincuenta pesos que se le contribuyen de las cajas reales como inmediato al río Apure, diez pesos a que podrán alcanzar las primi- cias, y doce pesos que producirán las obvenciones de misas cantadas

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