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MSION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 281 La iglesia no tiene renta alguna, ni en ella hay fundada cofradía ni otra obra pía. Matrícula o padrón de este pueblo, 393 almas. Pueblo de San Francisco de Asís de Capanaparo (1/. 423-424). —El día siete de febrero de mil setecientos y ochenta salió Su Seño- ría Ilma. del antecedente pueblo de Cunaviche, y, habiendo andado quince leguas, llegó a este de Capanaparo al siguiente día ocho, e in- mediatamente procedió a la visita de un oratorio o capilla, en que por entonces se hacían las funciones eclesiásticas, y habiendo visto y re- conociendo su altar, imágenes, ornamentos y vasos sagrados, se formó de todo inventario que original está extendido al folio 178 del li- bro 4 de Inventarios Este pueblo es de misión viva o reducción de indios; los que lo habitan son de naciones otomacos, yaruros y casi todos gentiles; an- dan desnudos así los hombres como las mujeres, con sólo un guayu- co, y viven unos dentro la población en unos pequeños bujíos o Co- bertizos de palma, y otros, en los campos; dentro de la población no había persona alguna española ni de otra casta, y en los campos o su territorio únicamente habrá ocho, que allí se emplean en criar ganado vacuno, mulas y caballos. Se principió Ja fundación de este pueblo el año de mil setecientos setenta y seis, y se celebró la primera misa en veinte y cuatro de febrero del siguiente año por los religiosos capu- chinos andaluces misioneros de esta provincia; corre a cargo de éstos y pertenece al vicariato de la villa de Calabozo; su teritorio confronta por el oriente con el pueblo de Urbana, del obispado de Puerto Rico, distante seis leguas, y hasta el lindero divisorio que es el río Orinoco, hay más de cuatro leguas; al poniente no hay población alguna y se extiende este territorio por esta parte hasta la linea divisoria de este obispado con el arzobispado de Santa Fe, de cuya distancia no se pudo adquirir razón; al norte confronta con el supradicho pueblo de Cunaviche, distante quince leguas, y hasta el lindero divisorio que es el río Claro, hay siete leguas; y al sur, con el sitio destinado para la fundación de la villa de San Carlos del Meta, distante doce leguas, y hasta el río Sinaruco, que se considera el lindero divisorio, hay seis leguas. El supradicho oratorio o capilla donde se celebran las funciones eclesiásticas, estaba incluido en la misma casa del misionero; su altar y adornos eran muy pobres y lo mismo los ornamentos para celebrar.

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