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268 PUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA En este pueblo no había al tiempo de la visita misionero desti- nado especialmente a su servicio, y por entonces estaba encargado para socorro espiritual de sus habitantes el misionero del pueblo de Coje- de, cuyo encargo se ha hecho a éste y no al de San Rafael de Onoto, aunque más inmediato, por intermediar el caudaloso río de Cojede. El referido misionero del presente pueblo no tiene otra renta para su servicio que las primicias y las obvenciones de misas cantadas de de- voción y de bautismos, casamientos y entierros de los vecinos espa- ñoles, que todo podrá alcanzar cada año a veinte y cuatro pesos. La fábrica de la referida iglesia no tiene otras rentas que los dere- chos de sepulturas y velaciones, que pagan dichos vecinos españoles y podrán alcanzar cada año a siete pesos, y en ella no hay fundada cofradía ni obra pía alguna. Matrícula o padrón de este pueblo, 181 almas. Pueblo de Santa Inés del Altar, alias Cerronegro. (1/. 385-387). —En doce de febrero de mil setecientos setenta y nueve salió Su Se- ñoría Ilustrísima del antecedente pueblo de Caramacate, y, habiendo andado tres leguas de camino fragoso, llegó a éste del Altar, al que asimismo dan el nombre de Cerronegro, y en el propio día procedió a la visita de su iglesia con las ceremonias acostumbradas; vio y re- conoció la fábrica, fuente bautismal, altar, imágenes, vasos sagrados, ornamentos y demás bienes, y de todo se formó inventario que origi- nal está extendido al folio 132 del libro 4 de Inventarios. Este pueblo corre en calidad de misión a cargo de los religiosos capuchinos andaluces, misioneros de estas provincias, por los cuales se comenzó a fundar el año de mil setecientos diez y siete con algunos indios y gentes de otras castas, que andaban vagas y dispersas, y, aun- que en algún tiempo parece haber estado con alguna formalidad la po- blación, ninguna tenía en la actualidad de la visita, pues apenas había diez casitas de poca consistencia, y éstas edificadas en un espeso bos- que que por su mucha humedad no es muy sano. La iglesia se reduce a un corto cañón de paredes de bajareque y techo de palma, con un solo altar dedicado a Santa Inés, virgen y mártir, su titular. No había misionero destinado a su servicio y sólo para el pronto remedio de las necesidades espirituales de estos pocos habitantes, acudía a veces el misionero del supradicho pueblo de San Rafael de Onoto, según le era posible por las dificultades del camino, especialmente en tiempo de invierno.

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