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MISION DÉ L05 CAPUCFH1'405 EN LOS LLANOS DE CARACAS 253 Actualmente sucede que, existiendo a cargo de dichos capuchinos 25 reducciones, entre pueblos formados y nuevas fundaciones, no tienen más que 19 religiosos que los asistan, y por eso el Prefecto actual, Fray Buenaventura de Benaocaz, cuida de dos pueblos entre sí distantes, que son la Divina Pastora del Jobal o Lagunitas y San Miguel de la boca del Tinaco; Fray Luis José de Sevilla, otros dos pueblos, también distantes, llamados el uno San Rafael de Onoto y el otro Nuestra Señora de Guadalupe de Bobare; Fray Juan Bautista de Málaga, tiene tres repartimientos, a saber: Santa Bárbara de Aguablanca, Santa Clara de Caramacate y Santa Inés del Altar o Cerronegro; Fray Andrés de Grazalema, dos pueblos: el de la Divina Pastora de Guanare Viejo o Morrones y San Pedro de Alcántara del río de María; y, finalmente, Fray Jerónimo de Lucena tiene otros dos pueblos que son los referidos de la Purísima Concepción, junto al río de San Juan de Payara, y San Francisco de Asís de Capanaparo, al otro lado de la banda de Apure. De aquí viene que los expresados indios de Nuestra Señora de Guadalupe de Bobare están, como ya dijo el obispo, poco instruidos, hasta en la lengua castellana, a que se agrega la natural inconstancia de los indios y la inclinación que tienen a vivir en los bosques, con cuyos motivos hacen continuas mudanzas y fugas; pero no puede negar- se que pueblos ya civilizados e instruidos han durado mucho tiempo a cargo de los Capuchinos, en lo que bien puede haber influido preci- samente algunos de los motivos que refiere el sobredicho D. José de Avalos, para cuyo remedio en lo sucesivo parece oportuno lo que apunta el mismo D. José de Avalos. Cesará el espíritu de partido y discusión sobre la elección del Prefecto, si la confirmación de éste se hace por el obispo, eligiendo para ello un religioso de la terna que, con acuerdo de vuestro Vice- Patrono real, haya de formarse por el Prefecto que acaba. También podrá asegurarse la mayor utilidad en la colocación, per- manencia o remoción de los misionarios cuando convenga, si todo esto se ejecutare precisamente con el asenso de vuestro Vice-Patrono real y del Prelado diocesano, y mucho más si a éste, cuando no pueda perso- nalmente repetir las visitas, se le permite hacerlas por medio de sacer- dotes seculares de su satisfacción, pues hasta ahora sólo el actual obispo las ha visitado en mucho más de un siglo. Entonces no se detendrán los misioneros en los pueblos más tiempo que el que fuere preciso y se ejecutarán las entregas al Ordinario eclesiástico en el término debido, quedando a cargo de los ministros de la real hacienda el cobro de los

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