BCCCAP00000000000000000000508

MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 247 nuase la fundación, donde hay una suficiente buena iglesia de bajareque cobijada de palma, y casa de lo mismo; asisten porción de indios que van y vienen al monte, por lo que no se puede asegurar el número de almas. Este es, señor, el estado en que se hallan las misiones que en esta provincia de Caracas y entre Apure y Meta, han hecho y sirven aún actualmente vuestros misioneros capuchinos de Andalucía, según el reconocimiento que de cada una y de los respectivos religiosos hice en la visita general, que, como Prefecto, acabo de finalizar. Resulta de ella: Que V. M. tiene en esta dicha provincia, al lado del norte de los ríos Orinoco y Apure, dos villas y dieciocho pueblos, que todavía administran, de los que fundaron, poblaron y doctrinaron vuestros dichos misioneros. Que entre los ríos de Apure y Meta tienen principiado cinco pueblos misiones, que están fundando, poblando y doctrinando. Y que sólo existen veinticinco religiosos, de cuyo número, reba- jados los dos que están en el Orinoco a disposición de aquel gober- nador de Guayana; uno que tiene licencia para regresarse a España, que es el P. Anselmo de Ardales; tres inhábiles por su avanzada edad y enfermedades habituales, que son los PP. Fr. Cirilo de Sevilla, Fr. Gabriel de La Higuera y el Ex-Prefecto Fr. Félix de Cortes, y siete que por su avanzada edad y achaques continuos, como son los PP. Ex- Prefecto Fr. Gregorio de Benaocaz, Fr. Antonio Francisco de Santan- der, Fr. José de Castro, Fr. Gabriel de Benaocaz, Fr. Pedro Miguel de Campillos, Fr. Luis de Sevilla y Fr. Carlos de Jaén, no pueden conti- nuar el servicio y ejercicio de las misiones, sólo quedan doce que pue- dan por ahora atender al ministerio en esta referida provincia y entre los ríos de Apure y Meta. Por este tan corto número de religiosos no pude destinar, en la primavera de este año, misioneros que fueran a fundar entre los refe- ridos ríos Apure y Meta, ni menos a presenciar las reducciones que en este intermedio a orillas arriba del río Capanaparo y a las del Sinaru- co, y en donde nombran el hato de Ochoa dejé dispuesto principiasen' los muchos indios gentiles que en éstos y otros parajes me salieron a pedir pueblo el mes de febrero, que transité por allí hasta el otro lado del Meta, reconociendo si habría parajes donde pudiese y conviniese fundar poblaciones de indios y de españoles en virtud de una provi- dencia del vuestro gobernador y capitán general de Caracas, que en

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz