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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 13 También, señor, participo a V. M. cómo para los fines y moti- vos que V. M. ordena y manda en su real cédula, fecha en Aranjuez a diez y nueve de mayo del año de mil setecientos y diez y seis, la que solemnemente presenté, tengo sacados despachos de vuestro gobernador y capitán general para fundar dos villas de españoles, según y cómo y para los fines que otras se han fundado: la una, en las cercanías del puerto de Cachicamo con el nombre de San Fernan- do, en obsequio de Vuestra Real Majestad, y la otra a las riberas del río de Apure, con el nombre de San Jaime, en obsequio del Serenísimo Señor Infante Cardenal Don Luis Jaime, y juntamente cinco pueblos de misión, unos para poblar los indios vagos, dispersos y vagabundos, y otros para indios de reducción. De los efectos y progresos que de dichas fundaciones resultaren, informaré a V M. en su Real y Supre- mo Consejo de las Indias. Y, para que con más prontitud sean fundadas y erigidas sus iglesias, se servirá V. M. mandar se den las providencias necesarias de campanas, ornamentos y vasos sagrados para poder celebrar los divinos oficios y administrar los Santos Sacramentos, según que vues- tra piedad católica y religioso celo en todos tiempos lo ha ejecutado, aunque ya muchos años que a estas vuestras misiones de Capuchinos de esta vuestra provincia de Caracas no se les ha administrado cosa alguna de lo dicho, como constará en la real contaduría que V. M. tiene en esta dicha ciudad, y constará también en vuestra Real Casa de Con- tratación en Cádiz. Por lo que muchas de las misiones y nuevas reduc- ciones que tenemos a nuestro cargo, no tienen aquella decencia que se requiere para la celebración del santo sacrificio de la misa, divi- nos oficios y administración de los Santos Sacramentos, y así vues- tras misiones trabajan con indecible desconsuelo, viendo que de tan sólo cincuenta pesos que desde el año de cuarenta y ocho se da a cada uno de los misionarios para vino, hostias, cera, aceite y vestuario del religioso, ha de salir así el costo de las jornadas, edificación y ador- no de las iglesias, manutención de los indios y providencia de todo género de herramienta para el cultivo de la tierra, siendo así que estas vuestras misiones de Capuchinos de esta vuestra provincia han traba- jado y trabajan tanto, como por la dilatada información que el año de cuarenta y ocho se hizo a V. M., dándole individual cuenta del esta- do de estas misiones desde el principio en que fueron criadas y prime- ros religiosos misioneros capuchinos que por V. M. fueron enviados de España a la propagación del santo Evangelio, dilatación de su

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