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12 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA provincia de Caracas, que son en número trece, y los indios que de diferentes naciones los componen son cuatro mil y setenta y seis almas, a excepción de doscientas y veinte y cinco de nación guamos y atapaimos, que se hallan pobladas en un sitio llamado Guatarama, a las orillas del río Guárico, distante de la villa de Calabozo como diez y ocho o veinte leguas, a la parte del sur, los que fueron muda- dos de la isla de Camaguán por el mes de octubre del año pasado de cincuenta, en donde primeramente estuvieron catorce meses pobla- dos, por haber en dicha isla experimentado así la mucha plaga que todo el año hay como la total anegación en el invierno de las tierras que la circundan, no quedando algunas para labranza de los indios; por lo que éstos aclamaron al religioso misionario que les asiste, que lo es Fray Antonio de La Higuera, los mudase al expresado sitio de Guatarama, en el que han estado hasta el presente. Y por haber contradecido el dicho sitio algunos particulares de esta ciudad, repre- sentando ante vuestro gobernador y capitán general de esta ciudad el derecho que por su título de composición de tierras tienen sobre él para la cría de sus ganados, ha sido mandado por vuestro dicho gober- nador, saque los indios que en el expresado sitio se hallaban, ya pobla- dos, sea quemada la iglesia o capilla, casa del Padre y de los indios, y poblados en otra parte, lo que puntualísimamente he hecho ejecutar, aunque con gravísimo sentimiento mío y de los demás vuestros misio- narios, por el gravísimo inconveniente que se ha de seguir de su inminente fuga a los montes, por ver ellos han perdido su trabajo de dos años, y que los blancos, como ellos dicen o llaman a los espa- ñoles, los arrojan de las tierras que han sido de sus abuelos, padres y parientes, sólo para criar sus ganados, como también el ver nosotros malogrados así los muchos trabajos y fatigas que ha costado el haber sacado de los ríos y montes dicha cantidad de indios, pues han sido sacados así los apóstatas como los gentiles que hay entre ellos, en los años de cuarenta y ocho, cuarenta y nueve y cincuenta apostólica- mente, sin escolta de soldados, saliendo sólo con otros de su misma nación, para traerlos sin fuerza ni violencia alguna, que ha sido el modo que así yo como otros vuestros misioneros hemos tenido para sacar- los, por no haberse podido, de algunos años a esta parte, hacer jorna- das de mucho costo llevando escolta de soldados, por la grande inopia en que se hallan al presente estas misiones y provincias y no poder darnos aquellas limosnas que la piedad cristiana antecedentemente nos franqueaba para lo dicho.