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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 205 dales, con fecha de 15 de octubre del mismo año de 65, en carta que escribió en esta expresado convento, presta su anuencia y exhorta efizcamente a tan loable pensamiento, administrando medios para que los RR. PP. catalanes instruyeran a esta nueva misión del mé- todo que seguían. A poco tiempo de celebrado este Capítulo llegó a noticia del expresado Comisario general que los tres Padres Fr. Luis Antonio de Sevilla, Fr. Domingo José de Campillos y Fr. Alonso de Castro habían desertado y retirándose a la provincia de Venezuela, y con motivo de no haber suficiente número para celebrar Capítulo, por la deserción de los expresados tres religiosos, proveyó decreto con fecha de 3 de mayo de 1767, prorrogando al P. Fr. José Antonio de Jerez de los Caballeros en la Prefectura por otros tres años, y con esta ocasión dio las más estrechas órdenes al Prefecto de la misión de Caracas y escribió carta con la mayor eficacia a D. José Solano, gobernador que era por V.M. en el gobierno de Caracas y provincia de Venezuela, para que conspiraran con todo esfuerzo a efecto de que los expresados tres religiosos volviesen a regresar a la nueva misión de que con toda solemnidad de derecho eran individuos, o que valién- dose de la facultad que residía en el Sr. Solano como en el Prefecto, fuesen dichos tres religiosos remitidos en partida de registro a esta provincia. Ignora la Comisaría general por qué razones no se ha ejecutado disposición tan arreglada, pues le consta que al menos el uno de los tres estuvo ya preso en La Guaira para ser embarcado al mismo efecto, pero que el Sr. Solano, o por su piedad natural o vencido de algunos otros empeños o razones, revocó su remisión. Desde esa época han insistido los Comisarios mis antecesores en que sea llevado a efecto un decreto tan arreglado a las Constituciones de las misio- nes y a las reales órdenes de V. M. pero los Prefectos que se han sucedido en la misión de Caracas o Venezuela se han hecho sordos o eludido los repetidos mandatos que les han remitido los Comisarios generales; de lo que se debe inferir que por fines particulares nada recomendables han sido las principales causas de este indebido proce- dimiento, el que han llevado adelante con tanto desarreglo como que está informada la Comisaría general que han pedido y cobrado el sí- nodo que la piedad de V. M. tiene consignado a cada misionero en

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