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200 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA flor Iturriaga ignoraba nuestras leyes y que S. M. podía persuadirse a que hubiese convenido el Prefecto a que se hiciese tal representación, contraviniendo a sus reales ordenaciones. Como en efecto, en virtud de la representación que hizo el caballero Iturriaga, de acuerdo y pa- recer de los dichos religiosos, ordenó S. M. pasasen al alto Orinoco y Río Negro, seis o siete de los misioneros antiguos de esta provincia, pasando órdenes al mismo tiempo al Rmo. P. Comisario general para que, además de los seis religiosos que estaban ya destinados para pasar de Andalucía a las misiones de esta provincia, de los cuales fui yo uno, enviase ocho más para reemplazar en estas misiones la falta de los seis o siete misioneros antiguos que debían pasar a Ori- noco, como así consta por el testimonio que acompaño de dos cartas y reales órdenes del Consejo y Ministro de Indias: una dirigida al Rmo. P. Comisario general, su fecha en Madrid, a 25 de febrero de 1763. Y así los seis religiosos que antes se habían pedido, como los ocho que se pidieron después para suplir la falta en esta provincia de los misioneros antiguos, que debían ir a Orinoco, todos juntos en un mismo navío vinieron de la provincia de la Andalucía en España, destinados por el rey nuestro señor, que Dios guarde, con títulos y patentes del Rmo. P. Comisario general, para las misiones de esta provincia de Caracas, cuyas patentes originales tiene cada uno en su poder, por las que consta la asignación que tienen por S. M. para misiones de esta provincia, y constará también por la razón que se tomó en la real contaduría de esta ciudad de Caracas de Ja tal asig-i nación y de la reseña real que se hizo en Cádiz por la Real Audiencia de la Contratación de Indias. En consecuencia de esta asignación, luego que llegaron de España a esta provincia los dichos 14 religiosos, que fue por el mes de marzo del año 1764, y después de haber estado en esta ciudad de Caracas el tiempo de cuatro o cinco meses asistiendo a los contagiados de viruelas, fueron repartidos por los pueblos de misiones de esta pro- vincia con patentes de curas presidentes, cada uno a la misión o pueblo que por el Prefecto de estas misiones les fue señalada. Y de los seis o siete misioneros antiguos de esta provincia, que debían ir a las misiones del alto Orinoco y Río Negro, en cumplimiento del real orden, solamente fueron tres, que fueron los PP. Fr. Gregorio de Benaocaz, Fr. José Antonio de Jerez de los Caballeros y Fr. Jeró- nimo de Gibraltar, los que, a los cinco o seis meses de haber ido a

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