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196 FUNES PARA LA HISTORIA. COLONIAL DE VÉNEZUÉLA Vaya otro pasaje. Le dije: "Señor, a mí me precisa gobernar estos religiosos por las reales órdenes que tenemos". Dijo: "Y qué dicen esas reales órdenes?". Digo: "El modo de gobernarnos como 5. M. lo ha dispuesto". 'Pues yo no tengo más órdenes que las leyes de recopilación, y así por ésas gobierno a los misioneros". De aquí salió el disponer que hiciese el Capítulo. Digo: "Yo lo haré cuando convenga; me precisa ejecutar primero lo que se ha dispuesto en la junta que es buscar y citar los vocales que aún no han llegado por sus enfermedades". Dijo: "Esos son apóstatas y V.R. quiere que no lo sean". Le repliqué: "Ahí está presente el R. 1?. Adjunto: que digan si yo soy sólo el que no quiere caracterizarlos con tan ruin im4 properio, y, señor, V. S. deje eso del Capítulo que ya se hará a su tiempo preciso definido por la venerable junta que acabamos de hacer". Respondió alterado: "Parece que V. R. quiere estar mandando siem- pre". Respondí: "Ojalá fuese Prefecto ínterin V.S. Comandante: que más de cuatro pesadumbres le quitara pero se hará lo que V. S. man- da". Entonces hice las citatorias y las entregué al Adjunto primero R.P. Fr. Miguel de Nerja. Finalmente, el dicho Sr. Comandante ha quitado la escolta; sólo en tres parajes ha puesto soldados y eso en las Borainas por donde juzga se habían de huir los religiosos, pues él siempre ha pretendido el que se vayan, como lo manifiesta el quitarnos los territorios que tenemos concedidos, diciendo que se va a poner una comunidad que tenga la jurisdicción de los pueblos jesuíticos y toda la jurisdicci6. que hay al sur hasta Amazonas. En esto se incluye la poblaci6n de La Esmeralda ya destruida en el alto Orinoco; San Francisco Solano de Casiquiare y San Carlos de Río Negro, todo lo que cae al sur; y, si se le da a la futura comunidad, se nos desapropia a nosotros por consecuencia legítima y con eso nos deja metidos en un cenagal sem- piterno, que de nada sirve ni nos puede servir, y si me apuran, según los mapas, hasta quedamos fuera de la jurisdicción de Guayana y puestos en la de Santa Fe. Por lo que, si esto se queda así, como el Sr. Comandante lo ha dispuesto, digo que nos tiene más cuenta venir fundando desde Santa Fe a Orinoco y con eso nos favorecerán los vecinos de Santa Fe, que nosotros llegaremos con las fundaciones a Orinoco cuando Dios sea servido. Hasta esto ha llegado la espoci- quez (sic) de este caballero y su odio que siempre nos ha tenido y manifestado. Todas las operaciones, si he de decir lo que siento y lo

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