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166 PUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA se, como suministrándole asimismo cantidades de dinero. A mediados de febrero del mismo año llegó dicho Doctor a su nuevo curato y por fines de abril inmediato siguiente vino, con no poca violencia de fuga, a dar a la supradicha misión de mi cargo, y diciéndome, después de otras cosas contra el negro Fabián y sus aliados, dejaba pocas leguas de allí treinta y un almas de indios de la nación guajiva, que traía por no dejarlas en poder de dicho negro, y con el fin de conducirlas a Caracas. Al siguiente día se recibió la noticia de la fuga de dichos indios, y, sin pérdida de tiempo, despaché gente de mi misión en su seguimiento, la que consiguió en muy pocos días recoger veinte y seis de dichas almas, las que mantuve a mi cuidado y di todo lo necesario a su manutención por algunos meses, y después pobládolos en la nueva supradicha fundación de Guardatinajas. Retirado enteramente de esta empresa dicho Doctor Urbina, y el negro Fabián bien asegurado en la cárcel de Caracas, por resultas de la sumaria que se le formó y cuyo cúmulo de delitos constantes en ella a pública voz y fama, no pudie- ran haberse ignorado, si hubieran precedido los debidos informes y exámenes, que en materia de tanta consideración se dejan conocer por tan de bulto. Pero, atendiendo vuestro gobernador y Provisor a que no faltase el pasto espiritual a aquellas gentes tales cuales allí congre- gadas, con el propio acuerdo y consentimiento del Prefecto de las misiones, fue nombrado por despacho de 24 de septiembre del mismo año el Padre Fray Tomás de Castro, uno de nuestros misioneros, con igual comisión y facultades, que las conferidas al dicho Doctor Urbina, como todo consta del testimonio que acompañé. Este misionero, aunque violento y poco esperanzado de conseguir el fruto que desea, se mantie- ne al presente en el expresado sitio de Camaguán, al que por su particu- lar devoción nombra con el título supradicho; tendrá pocas más de cien almas a su cargo; está fabricando iglesia, a la que no le faltan los orna- mentos y vasos sagrados al divino culto; es de edad de 40 años y seis de misión. Vuestra Majestad se digne mandar sobre esta fundación y demás expuesto cuanto sea de su real agrado, principalmente en orden a si deba continuar al cargo del Ordinario o nuestro. 24.—Nueva fundación de Guanarito. - En este mismo año de 1768 dio noticia a este vuestro gobernador el Prefecto de las misiones, mi antecesor, hallarse en dicho sitio de Guanarito algunos indios de los dispersos y los más fugitivos de ellas con ánimo de poblarse en él: asintió el expresado gobernador, por sola carta misiva, a la fundación, a la que se destinó el supradicho Padre Fray Andrés de Grazalema, y a
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