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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 165 poco tiempo después de poblados, quisieron quitar las vidas dichos indios; mas los misioneros, considerando por experencia lo de peor condición que se ponen para reducirse en lo venidero,, siempre que han cometido semejantes sacrílegos atentados, se retiraron cautelosamente, y los indios, viendo descubiertos sus depravados y engañosos intentos, se huyeron todos, y por consiguiente se perdió todo el trabajo, y los que padeció en la fuga dicho Padre Vistabella, fueron causa de su muerte. El año de 1749 el Padre Fray Antonio de La Higuera repitió la fundación de dicho sitio de Camaguán con indios, los más fugitivos de nuestras misiones, y más por condescender con la voluntad de éstos que así lo pidieron, que no por la esperanza de subsistencia, que en esta fundación consideraba, atentas las razones antecedentes, se mantu- vo con ellos poco más de dos años, hasta que una inundación grande de los ríos obligó a todos a abandonar el sitio y retirarse al de Guata- rama, de donde también fueron desalojados, a causa de llamarse a posesión y dominio de aquel terreno Don Alejandro Blanco, vecino de Caracas; con cuyo motivo y el de haberse regresado a su provincia de Andulacía dicho Padre Fray Antonio, se recogieron y trasladaron los indios a otras de nuestras misiones con el santo fin de que no se perdiesen sus almas, ya que se perdía hacer con ellos la nueva funda- ción que deseaban. El año de 1767 se presentó ante este vuestro gober- nador y al Provisor y Vicario general del obispado un negro llamado Fabián de Uribe, quien, con engañosas promesas, ofrecía reducir, conver- tir y fundar en el expresado sitio de Camaguán muchedumbre de indios gentiles y fugitivos, que suponían haber por los montes e inmedia- ciones del río Guariquito, entre el de Apure y la Portuguesa, como también algunos negros, mulatos y zambos de los dispersos o vagos, asegurando tener ya congregados de los unos y de los otros, en el expresado sitio, aun más de lo suficiente a una buena población; pero que para su espiritual pasto y doctrina no querían misionero capuchi- no, si no es clérigo secular. Dióse entero crédito al negro Fabián con no poca admiración de los juiciosos y sonrojo nuestro, nombrándole, por título en forma, capitán conquistador y poblador de dichas gentes, y creo que suministrándole también algunas cantidades de dinero. En cuya consecuencia y de acuerdo con vuestro gobernador, en 23 de enero del siguiente año de 68, se libró despacho por dicho Provisor y Vicario general al Doctor Don Juan Antonio de Urbina, nombrándole y eligién- dole por cura de la nueva fundación de Camaguán, con el título de Nuestra Señora de la Merced, y facultándole, en cuanto pudo facultar-

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