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MI5ION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS presidente que la sirve, es su fundador Fray Pedro José de Villanueva, de edad de 66 años y 28 de misión, quien al presente se halla habi- tualmente enfermo y casi inútil para servir al pueblo. 11.—La Purísima Concepción de Camatagua. - Entre las mu- chas misiones que en lo antiguo fundaron los misioneros capuchinos de esta provincia y se perdieron después de entregadas al Ordinario, fue una ésta de Camatagua, cuya primera fundación tuvo principio el año de 1693, y la segunda, con los despachos necesarios, el de 1749, cerca del río Guárico. El número de almas, que consta de su matrícula, es el de setecientas, de indios palenques, cumanagotos y libres. Tiene casa e iglesia capaz y decente, aunque todo cobijado de palma, como asimismo medianamente proveída de lo preciso al servi- cio del culto divino, y el misionero que la sirve, es su fundador el Padre Fray Isidoro Javier de Sanlúcar de Barrameda, de poco más de 60 años y 28 de misión. 12—Nuestra Señora del Carmen de Burla. - Esta misión tuvo su primer principio el año de 1722 con el título de San Felipe de Buría, y con indios gentiles de las naciones taparitas y guáricos, que en el mismo año se sacaron de su gentilidad, y, a causa de lo muy enfermo que se experimentó el sitio como de haberse profugado los más de dichos indios, se arruinó enteramente esta misión, la que el año de 1750 se fundó por segunda vez en paraje muy cómodo y sano, cerca del río de su nombre, con indios reducidos de las naciones ajaguas, caquetíes y otros libres, cuyo número de almas, según matrícula, alcan- za al de quinientas. Tiene casa e iglesia de teja, y muy bien ornamen- tada y proveída de todo lo necesario para el divino culto. El misionero presidente que la sirve, es el Padre Fray Gabriel de l3enaocaz, de edad de 48 años y 6 de misión. 13.—Santa Clara de Caramacate. - En este mismo año de 1750 tuvo principio la fundación de este pueblo con indios dispersos y otras gentes vagas de mestizos, mulatos y zambos, en conformidad de las repetidas reales cédulas que así lo mandan; y, aunque a todos los misioneros que han servido esta misión, les ha sido muy trabajoso d sujetarlos a vida racional, cristiana y política, no obstante que hasta Ja presente no se ha conseguido de ellos el deseado fruto, consiguiente a la católicamente de Vuestra Majestad y apostólico celo de los misio- neros, se los asiste y trabaja por conseguirlo, como también por ser el sitio de los más proporcionados y fértiles para un numeroso pueblo. El número de almas que se presentaron por matrícula, fue el de