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4 PUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA de estas misiones; fundóse por vuestros misionarios capuchinos el año de mil seiscientos noventa y cuatro en el sitio de Araure, y últi- mamente el año de mil setecientos y veinte y cuatro se situó donde al presente existe inmediato a una quebrada que llaman de Turén. El número de sus habitantes es de doscientos y veinte y cinco almas de nación guamos, guaranaos y atatures, y ciento y veinte y nueve de indios libres, que entre todos componen el número de trescientos y cincuenta y cuatro almas de ambos sexos; son los dichos indios de las tres referidas naciones de muy vil naturaleza, perezosos y muy dados a la embriaguez y tan sin el natural pudor que, cuando son conquistados, los hallamos en los montes sin el guayuco que es lo que comúnmente sirve a todo género de indios de vestuario; son tam- bién muy inclinados a la fuga, por lo que ha dado esta nación y está dando continuamente a los misionarios grandísimo trabajo, y por tanto han sido muchos los pueblos que se han perdido de esta nación y muy pocos los que al presente tenemos, porque ellos o se matan unos a otros con sus hierbas venenosas y brujerías, o se huyen a los montes, desamparando los pueblos. No obstante, hallándose al presente estos indios con aquellos adelantamientos posibles a su natu- raleza ruda y bárbara, siguen la vida cristiana, andan algunos vestidos, todos entienden el castellano y algunos de ellos lo hablan. En esta misión asiste hoy en día un religioso misionero llamado Fray José de Soto, de edad de treinta y cuatro años, el que desde el año pasado de cincuenta, por haberse caído la iglesia, casa y oficinas de dicha misión, está trabajando en su nueva edificación. Distante de dicho pueblo como ocho leguas, a la misma parte del sudoeste de Caracas y jurisdicción de la villa de Araure, está situa- do a orillas del río de Araure el pueblo de Santa Bárbara de Agua- blanca, que fue fundado por vuestros misionarios el año de mil sete- cientos y veinte y cinco, con copioso número de indios de nación ata- paima, que por entonces y después en varias jornadas fueron sacados de los llanos de esta provincia, los que, habiéndose todos después huido, por ser de la misma inclinación que los guamos, por que no se perdiese dicho pueblo, se pusieron en él y poblaron algunas familias de indios libres zambos y mestizos que componen hoy en día hasta el número de doscientas almas. Hállase dicha misión con su iglesia y casa del Padre apuntalada, amenazando ruina a causa de los temblores que acaecieron los meses de octubre y noviembre del año pasado; por lo que el religioso misionario que asiste en ella, llamado Fray Eugenio

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