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114 PUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DR VENEZUELA del mismo año, en lo más crudo del invierno, a dar cumplimiento a la real orden de V. M. dirigida a vuestro Prefecto por el bailío Frey Don Julián de Arriaga, vuestro ministro, fecho en San Lorenzo el Real, a dos de noviembre del año pasado de mil setecientos sesenta y dos, para que tomásenos posesión de las tierras del alto Orinoco y Rione- gro, las que V. M. nuevamente nos señala para nuestras apostólicas tareas. Hicieron su expedición los referidos misioneros hasta el raudal de Maipures, donde tomaron posesión de un pueblo intitulado San José, el que administra el Padre Fray Francisco del Olmo, de la sagrada Compañía de Jesús, desde el cual se regresaron a esta provincia de Cara- cas los dichos misioneros por haber enfermado de calenturas, sufriendo el Padre Fray Jerónimo de Gibraltar cada día dos; contrajéronlas asimis- mo los indios sirvientes que llevaron, habiendo muerto dos de éstos y dejádose en los llanos de Caracas otro para lo mismo. Hallábanse vuestros misioneros sin tener quien los curare ni con qué, sin embarca- ciones y quien las gobernase, y sin bastimentos para llegar a Rione- gro, que, según inteligentes, les restaban trescientas leguas de navega- ción, por cuyas causas se devolvieron. Contribuyó esta vuestra misión de Caracas, del pie que fue servido V. M. señalar a sus misioneros, ciento y cincuenta pesos, además de lo que coadyuvaron en particular algunas misiones para que fuesen pobremente socorridos los tres misio- neros de esta primera expedición. Traté con vuestro gobernador el reemplazar hasta el número de seis o siete misioneros, que es el real orden de V. M., con la expre- sión "sea este número de los antiguos", en cuya atención y habiendo sido los tres de la primera expedición de éstos, hice nómina del todo y expresión verbal a vuestro gobernador de los años y enfermedades de cada uno, y en la ocasión mandó por escrito dicha nómina; quedé inteligenciado de todo lo practicado sobre el particular, y en conse- cuencia de esto quedé de acuerdo con vuestro gobernador se destina- sen los tres misioneros antiguos y tres modernos por más robustos y que pueden trabajar con más eficacia, resolviendo asimismo habían de estar aprestados en Cabruta para el día seis de enero del presente año de sesenta y cinco, los que no han faltado según cartas y recibos que tengo de dichos Padres en mi poder. Con el motivo de la venida de los Padres enfermos de la primera expedición participé a vuestro gobernador esta novedad, previnién- dole suspendía la providencia de los Padres que habían de subir en esta segunda expedición al alto Orinoco hasta su nuevo orden. Respon-