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88 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA en sus propias partidas, y generalmente se hallan arregladas todas las misiones a su legítima institución y métodos de buenas costum- bres que inviolablemente se practican doctrinando los indios por la mañana y tarde, a quienes congrega el Padre todos los días a la devoción del Santo Rosario y a las obligaciones debidas de cristiano. Todo lo cual, en cumplimiento de mi obligación, hago presente a la real consideración de Vuestra Majestad, por quien ruego a la Supre- ma guarde su importante vida en toda felicidad por muy dilatados años para la mayor exaltación de su santo nombre. Misión de la provincia de Caracas, en veinte y nueve días del mes de septiembre del año de mil setecientos sesenta y uno. Señor, a los pies de Vuestra Sacra y Real Majestad su más humilde y leal vasallo. Fray José de Gibraltar. Prefecto (firmado y rubricado) 255 Carta del P. Pedro José de Villanueva al obispo de Caracas en la que re/jefe los motivos que se tuvieron al llevar a cabo la fundación de la villa de San Jaime en tierras de nadie, los derechos de la villa a sus terrenos y las tropelías cometidas por los vecinos de Barinas. - San Miguel Arcángel del Tinaco, 13 marzo 1762. - Original (Archivo Arquidiocesano de Caracas, Capuchinos). Ilustrísimo Señor: No puedo menos que participar a V. Ilma. como tan interesado en los adelantamientos así de los pueblos de misiones, que tenemos a nuestro cargo los religiosos misioneros capu- chinos de esta su amada provincia, como de los pueblos de españoles, que con imponderables trabajos y fatigas hemos fundado en servicio de Dios y del rey, cómo habiendo pasado de orden del M. R. P. Pre- fecto a la villa de San Jaime a ver y conocer así los adelantamientos de ella como también las incesantes y arrebatadas tropelías que aque- llos pobladores y vecinos padecen de los de la ciudad de Barinas, hallé con gran sentimiento de mi corazón lo que V. 1. podrá ver por el adjunto extracto, que hice sacar de la información que se hizo y se remitió al señor gobernador, el cual, por estar ausente, la recibió el señor teniente general. Y, viendo yo el irremediable acaecido, tuve