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MISION DE LOS CAPUC1LINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 63 166 Informe del arzobispo-obispo de Caracas, después de hecha la visita a su diócesis, sobre el estado de la misión de los Llanos, comportamien- to dé religiosos y dificultades para hacer entradas a los indios.— Ca- racas, 31 julio 171.— Original (AGI, Santo Domingo, 794). Señor: Luego que llegué a esta ciudad habiendo visitado las misiones de los Padres Capuchinos de la provincia de Andalucía, situadas en los llanos que llaman de Caracas, con especialidad las villas de Araure, San Carlos y los pueblos de Cojede y Sarare, no pasando a otros pueblos de indios por estar en la cercanía de media legua y otro de un cuarto de legua de distancia de la dicha villa de San Carlos, de los cuales vinieron todos los indios a confirmarse, traídos por sus doctrineros, en cumpli- miento de mi obligación puse en noticia de V.M. el estado en que se hallaban dichas misiones el celo y cuidado y operaciones de los mi- sioneros, que me sirvió de gran consuelo experimentar los muchos in- fieles y almas que por la buena conducta, doctrina y enseñanza de estos varones verdaderamente apostólicos habían salido de las tinieblas de la idolatría a las claridades de la luz evangélica, sin haberse ofrecido en la visita reparo de consideración, que necesitase intervención de vues- tra real mano sino representar a V.M. cómo casi todos los operarios se hallaban en crecida edad y con muchos achaques, y por eso necesi- ta# de nuevos ministros que cultivasen esta viña del Señor y que los antiguos tuviesen algún descanso de sus casi inmensas fatigas; y habien- do sido éste mi verdadero informe a V.M., según la fragilidad huma- na me dio a conocer en lo que experimenté, le sobrevino a estos reli- giosos misioneros una real cédula, con fecha en el Buen Retiro, a vein- te y uno de marzo de mil setecientos quince, y otra semejante dirigida al gobernador y capitán general de esta provincia, que les ha servido de grande desconsuelo, dándoles cuenta y mandando que informen sobre ciertas noticias bien opuestas a su cristiano y recto obrar, imponiéndo- les calumnias y excesos que no han cometido ni propasádose a más lí- mites y esfera que a poner en práctica los privilegios que y. M. ha sido serv .do de concederles desde la fundación y ejecución de estas misio- nes, para que en felices progresos del bien de las almas, servicio de