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1 MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 53 de todas castas viviendo en los montes de estos valles, que llaman los Cerritos de Cocorote y sus alrededores, que, juntándose, se puede hacer una ciudad bien populosa, haciéndose un gran servicio a Dios y a Vuestra Majestad, por el bien de sus almas y por quitar, con las justi- cias que se pusieren, tantos deservicios que en estos parajes se come- ten contra Vuestra Majestad, por ser los más fértiles de toda la pro- vincia, y ser como pecado original el trato con los holandeses de Cura- çao en la mercancía, así en estas partes como en todas estas provinci.as, que se hace tan sin recato ni miedo, como si fuera lícito, disculpán- dose con que no vienen géneros de España y que no han de andar des- nudos; y no dudo que ésta es la principal causa, porque todos conocen que parece que tiene alguna maldición de Dios este trato, porque nada luce y todos se hallan pobres; dan sus frutos y cuantos géneros reciben nada duran, y no dudo que si vinieran a menudo navíos de España con géneros y frutos, que con muy poca diligencia de las justicias esta- ba quitado este trato, y más si se pusiera en práctica la dicha cédula citada, de que todos vivan en poblados las justicias, y entonces les fuera fácil conocer los tratantes, prenderlos y castigarlos; pero hoy no temen las justicias, porque, como viven en los montes y son tan dila- tados, aunque fuera con gente, es imposible moralmente cogerlos por lo cerrado de ellos. Y con cualquier demostración que haga la justicia, corre harto riesgo, como se han visto muertos hartos ministros de Vuestra Majestad. Por eso en esta provincia sólo me mueve a hacer, señor, esta representación a Vuestra Majestad el amor de la salvación de mis prójimos que veo tantos perdidos por esta causa, y por fiel vasallo de Vuestra Majestad, que le suplico me perdone, si en este ¡Arme cometo algún desagrado de Vuestra Majestad, y que rogando a Dios prospere a Vuestra Majestad, como lo espero con cierta espe- ranza. De este pueblo de San Francisco Javier de los valles de Barqui- simeto, y diciembre, 29 de 1710 años. Postrado a los pies de Vuestra Majestad, Fray Marcelino de San Vicente (rubricado)