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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 47 160 Carta del Prefecto P. Salvador de Casabermeja al rey, en la que ex- pone la situación de la misión, la necesidad de que los españoles asis- tan y ayuden a los misioneros y cómo el territorio de Barinas se ofrecía propicio a la actividad de los Capuchinos de los Llanos.— San Fran- cisco de Tirgua, 8 mayo 1707.— Original (AGI, Santo Domingo, 801). Señor: Aunque con jurídica información he avisado al Reverendísimo Pa- dre Comisario general el estado y sucesos adversos de las misiones para que Vuestra Majestad lo represente, juzgo de mi obligación con brevedad referirlo. La provincia de Venezuela, donde V.M. nos ha destinado, tiene señor, unas llanuras muy dilatadas que en tiempo de invierno son ma- res, y en ellos habitan los indios que son muchos, o en algunos altos que quedan, o en barbacoas, casas de alto que fabrican en el agua; y, aunque por lo desierto de españoles, faltos de lo necesario para nues- tro ministerio, expuestos a su barbaridad, que es mucho el tedio que nos tienen por oponernos a sus malas costumbres, es dificultoso po- blarlos. Lo han hecho en estos sitios diversas veces los misionarlos ca- puchinos sin otros efectos que justificar la causa de Dios, descargar nuestras conciencias y la de Vuestra Majestad; sólo queda el medio dtsacarlos a tierra poblada y esto se ha hecho muchas veces y también se han huido muchos. Ahora nuevamente, el año de setecientos y seis bajó un religioso solo con indios y tuvo la fortuna de sacar de los lla nos más de ciento y cincuenta almas; agasajados éstos, enviamos cinco que trajeron más. El fin que esto tuvo fue, antes de cuatro meses, huirse éstos con todos los que antecedentemente estaban, que compo- nían más de setecientas almas, día doce de noviembre, en la noche, costándoles la fuga siete vidas de los que no pudieron seguirlos, cuyos huesos se han hallado, comiendo los zamuros su carne, y un niño, como de seis años, que se halló por la mañana cerca de la misión, que le habían arrojado una losa en la cabeza, que vivió pocas horas. Por febrero de este año estos mismos indios mataron tres espa- ñoles, que hallaron pescando; se llevaron un muchacho y no mataron

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