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44 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA tacto pectore, y se ratificó en ello y lo firmó en dicho día, mes y año ut supra.— Fray Pedro de Alcalá.— Ante mi, Fray Arsenio de Se- villa, secretario. En el mismo día, mes y año, pareció el Padre Fray Antonio de Castilleja y dijo: que en siete años que tiene de misionario y expe- riencia de los naturales de estos indios, pues por ocasiones que se han ofrecido por falta de religiosos, ha asistido a todos los pueblos que tenemos en estas misiones, y siendo uno de ellos el del sitio de Paraima, donde tuvo la asistencia de indios salidos de su voluntad por término de cuatro meses y medio, sin poderlo remediar se fue- ron, habiendo padecido antes el detrimento de estar dos veces para quitarle la vida al declarante, motivados de sus borracheras e incons. tancias, y asímismo dice que en el pueblo donde le tiene puesto la obediencia, que es el de Nuestro Padre San Francisco de Tirgua, in- dios los más criollos y doctrinados de los Padres antiguos han inten- tado quitarle la vida y en diferentes ocasiones hacer fuga, como al- gunos las han hecho, no obstante la blandura que se ha tenido con ellos, por cuyos motivos jura y declara in verbo sacerdotis, tacto pectore sacerdotal¡, que todas las veces que pasaren dichas ovejas a otro pastor, se pierden hasta que el tiempo los mejore de costumbres, y por ser así y ratificarse en ello, lo firmó, ut supra.— Fray Antonio de Castilleja.— Ante mí, Fray Arsenio de Sevilla, secretario. En el dicho pueblo de Cojede, en dicho día, diez y nueve de agosto de mil setecientos y seis, pareció al Padre Fray Antonio de Sanlúcar y dijo: que en siete años de conocimiento de estas misiones, los seis en el pueblo de San José, al segundo día entrando en la doc- trina y educación, se ahuyentaron veinte almas, extrañando por la falta del R. P. Fray Gabriel de Sanlúcar, que la obediencia lo había puesto en otro mayor cuidado. Y siendo así que dicho R. Padre antecesor y el declarante son una misma cosa en el hábito y doctrina y enseñanza, con todo eso, conociendo estos indios guamonteyes la extrañez, se fueron las veinte almas de dichos pueblo. De la misma manera saca las consecuencias ciertas en la dejación, si se hace, de estas misiones, que se perderán indudablemente al entrar en ellas el pasto espiritual de los nuevos operarios puestos conforme la real cé- dula de dicha dejación dice y manda. Así declara su sentir y jura dictárselo su conciencia in verbo sacerdotis, tacto pectore sacerdotal¡.

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