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MKSION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 43 manutención y sujeción a que no hagan las fugas, se pidió a S . que Dios guarde, la fundación de las dos villas y que sus vecinos en las entradas a los llanos nos asistan escoltando a los religiosos para sacar estos indios de su gentilidad, y siendo esto tan necesario, se suplique a S.M. la conservación de dichas villas como lo tenía or- denado por su real mandado, y, siendo éste su sentir, se ratifica una y más veces, y lo firmó en dicho día, mes y año, ut supra, y es de edad de sesenta y cinco años.— Fray Miguel de Plasencia.— Ante mi, Fray Arsenio de Sevilla, secretario. En el supra dicho día, mes y año pareció el Padre Fray José de Ecija, y, siéndole pedido su parecer tocante a la dejación de esos pueblos, si sería del servicio de Dios y del rey nuestro señor, que Dios guarde, respondió no parecerle conveniente la ejecución de dicha real cédula, antes sí se suplique de ella, por cuanto tiene conocimiento de experiencia de once años de estas misiones y de los naturales e inclinaciones de estos indios a la fuga, que no es conveniente muden operarios, cuyo gobierno extrañen, porque se seguirá el perdimiento de estas pobres almas, que sólo la caridad y sufrimiento con que los tratamos, los detiene, y, si no fuera dicha experiencia el domingo ocho de este mes de agosto de este presente año, hubieran hecho fuga todas las familias de mi pueblo de San Antonio de Araure, sólo por un indio que les dijo que en el sitio de Portuguesa había más comida que en dicho pueblo que está a mi cargo, y por ser así verdad, lo juro in verbo sacerdotis, tacto pectore, y me retifico en ello, y lo firmo, ut supra.— Fray José de Ecija.— Ante mí, Fray Arsenio de Silla, secretario. En el dicho pueblo de Cojede, en diez y nueve días del mes de agosto de mil setecientos y seis, pareció el Padre Fray Pedro de Alcalá, presidente de dicho pueblo y dijo: que, en los siete años que tiene de misión, ha experimentado lo que los Padres antiguos han de- clarado en orden a las propiedades de los indios guamonteyes, y sólo con haber hecho ausencia a la ciudad de Caracas, supliendo el Padre Fray Arsenio de Sevilla, secretario infrascrito, recién llegado, se han huido diez almas, sin motivo más que lograr su fuga, por la falta de experiencia de dicho Padre, sin haberlas podido volver a agregar, y es de parecer que, no teniendo experiencia de ellas, cualquiera que les asista harán lo mismo, y así jura ser su sentir in verbo sacerdotis,

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