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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 35 pueblos; y que, respecto de haberse experimentado en los pardos o mulatos gran lealtad a mi corona, celo y servicio de las misiones, por haberlos hallado siempre prontos para cualquier función y hallarse muchos habitadores de aquellos parajes, que se pueble de ellos la villa que nuevamente se ha de formar, para que por aquella parte puedan entrar a escoltar también a los misioneros en las jornadas que hacen a sacar los indios. Y, habiéndose visto en mi Consejo de las Indias, con lo que dijo el fiscal, atendiendo a lo mucho que conviene dar todas las pro- videncias posibles para la reducción de los indios gentiles a nuestra santa fe, y que permanezcan en ella sin dar lugar a que se experimenten las fugas que han hecho en los años antecedentes, he resuelto con- descender con la instancia del referido Fray Marcelino, concediéndole la licencia para la fundación de una villa a las orillas del río Pao, en el sitio que refiere, concurriendo vos a ella y a su población, demar- cación y repartimiento de tierras y todo lo demás conducente a su gobierno espiritual y temporal, obrando en todo conforme a leyes y sin perjuicio de los pardos o mulatos, pues no es mi ánimo se les obligue a que precisamente pueblen dicha villa si no es en el caso de tenerles conveniencia, y en éste han de escoltar a los religiosos en las entradas que hicieren a las reduciones de indios. Así lo tendréis en- tendido para no poner en su ejecución óbice ni reparo, por convenir así el servicio de Dios y nuestro. De Madrid, a 5 de agosto de 1702.— Yo la Reina.— Por mandado de Su Majestad, Don Manuel de Aperregui. LI 153 Cédula al Prefecto y misioneros capuchinos para que hagan cumplir lo que se ordenaba al gobernador, que se pagase el jornal a los indios no en especie sino en dinero.— Madrid, 5 agosto 1702.— Original (AGI, Indiferente general, 2877, Registro de cédulas, FF-12, if. 204v.-205). El Rey y la Reina Gobernadora. Prefecto y religiosos de las misiones de Capuchinos de la pro- vincia de Caracas: por Fray Marcelino de San Vicente se me ha re- presentado que los vecinos de las villas circunvecinas a las misiones