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LII 394 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA Juan de Trigueros fue encontrado muerto en las orillas del río de Guanare, en ocasión que andaba a conquistar indios. El Padre Fray Salvador de Casabermeja fue muerto por los indios en el río de la Portuguesa. El Padre Fray Antonio de Castilleja fue muerto en el pueblo del Cojede a diligencias diabólicas de un indio brujo. El Pa- dre Fray Bartolomé de San Miguel fue flechado y muerto por los indios en el caño de Guarichico en ocasión de una jornada. El Padre Fray Leonardo de Villafranca andando en solicitud de los indios se ahogó pasando el río Orinoco, y últimamente, de siete años a esta parte que estoy en esta provincia, murieron en el pueblo de San Francisco Javier de Agua de Culebras: el Padre Fray Marcelino de San Vicente y el Padre Fray Martin de Corella a fines del año pasado de cuarenta y siete y el Padre Fray Antonio de Oporto por el mismo tiempo falleció en el pueblo de misión de San Rafael de Onoto. Los pueblos de misión y de nueva reducción que tiene V.M. en esta provincia y que al presente administramos vuestros misioneros capuchinos, son los siguientes: el pueblo de San Antonio de Turén o de Jujure, el que está situado al sudoeste de la ciudad de Caracas como noventa leguas, y el que ha tenido diversos nombres a causa de las diferentes mutaciones que a contemplación de los indios ha tenido en corta distancia de tierra, según que parece de instrumentos auténticos del archivo de estas misiones; fundóse por vuestros misioneros capu- chinos el año de mil seiscientos y noventa y cuatro en el sitio de Arau- re y últimamente el año de mil setecientos y veinte y cuatro se situó donde al presente existe, inmediato a la quebrada que llaman de Turén. El número de sus habitadores es de doscientas almas de nación guamos, los que son por naturaleza perezosos y muy dados a la em- briaguez y tan sin el natural pudor, que, cuando son conquistados los más, son hallados en los montes sin el guayuco que comúnmente sirve de vestuario a todo género de indios; al presente se hallan estos in- dios con aquellos adelantamientos que parecen posibles en una nación tan ruda y bárbara, porque siguen la vida cristiana, andan vestidos los varones de camiseta y calzón, y las hembras de fustanes terciados, y todos entienden el castellano y los más de ellos también lo hablan. Distante de dicho pueblo como ocho leguas a la misma parte del sudoeste de Caracas, está situado sobre el río Sarare el pueblo de San- ta Bárbara de Aguablanca, que fue fundado por vuestros misioneros capuchinos año de mil setecientos y veinte y cinco con copioso núme-

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