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332 PUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA * mejor informado Su Majestad, dispusiese lo que fuese más de su real agrado; y, no condescendiendo el gobernador a esta instancia, hubo de poner por cura de los cuatro pueblos de misiones, nombrados Naparima, Sabanagrande, Sahaneta y Guairia, a un clérigo que envió para este efecto el obispo de Puerto Rico; y, a pocos días de tomar posesión, saliendo a administrar a uno de dichos pueblos, lo arrastró el caballo y le quebró una pierna de que quedó baldado, y así se mantenía el año de 1719 en el que estuvo en dicha isla el Padre Fray Salvador de Cádiz, sin haber habido otro sacerdote que en este tiempo administrase, hasta el año de 1717 que llegó de España una misión de Capuchinos para la Guayana, que vino con otra para esta provincia nuestra, como diré después. 144.—Así que salieron de los pueblos nuestros religiosos, se hu- yeron todos los más de los indios a los montes, hasta que, del año de 1718 en adelante, comenzaron a salir, a persuasión y trabajo de nuestros religiosos. 145.—Luego que dejaron los dichos pueblos los misioneros, con- siderando lo poco que podían adelantar las reducciones en Guayana sin el abrigo de algunas familias de españoles, pues en dicho presidio no había más que doce y éstas no podían faltar del castillo, pidieron permiso al gobernador Don Felipe de Artieda para volverse a Es- paña, y habiéndosela negado, se embarcaron en una embarcación fran- cesa de las muchas que andan en aquellas costas, y en donde condu- jeron para España y consiguieron de Su Majestad, que Dios guarda, una real cédula para que trajesen treinta familias de islas de Canarias y viniesen también doce religiosos para fomentar las misiones de Guayana. 146.—El año de 1717, en la flota de Serrano, vino hasta Puerto Rico, en compañía de una misión nuestra, esta misión de Guayana, y habiendo sido conducidos a la isla de la Trinidad, el gobernador que de ella era Don Pedro de Yarza, viendo que los pueblos que habían quitado a los Padres, estaban perdidos, sin doctrina y los in- dios en los montes, exhortó al Padre Fray Raimundo de Villafranca, Prefecto que venía nombrado, para que pusiese dos religiosos en ellos, que procurasen atraer los indios que se habían huido a los montes; y, habiéndose excusado dicho Prefecto diciendo que sólo venía destinado con sus religiosos para las conversiones de los indios de la Guayana, dicho Gobernador lo estrechó de tal suerte, hasta

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