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MESION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 327 después el rey nuestro señor de lo siniestro de los informes, y que dichos religiosos desempeñaban apostólicamente su ministerio, se sir- vió despachar su real cédula, su fecha en San Lorenzo a 26 de octubre de 1662, en Ja que se sirve mandar continúen los dichos religiosos en las misiones en que estaban entendiendo, y que das religiosos que, con motivo del mandato de Su Majestad, se volvieron de estas mí- siones a España, se vuelvan a restituir a esta provincia a incorpo- rarse con los demás religiosos que quedaron en las misiones y que trajeren consigo desde España otros doce religiosos de su misma religión; con otros puntos que contiene dicho real despacho, muy honoríficos a nuestra religión y misiones, y está al folio 5. Dicho Fray Lorenzo de Magallón con sus compañeros fundó las misiones de Píritu en la provincia de la Nueva Barcelona de Cumaná, y por orden de Su Majestad se concedieron a los Reverendos Padres Recoletos de la Regular Observancia. El expresado Padre Magallón fue un varón muy apostólico y de gran virtud; murió en el pueblo de Cumarebo haciendo misión y acompañando en la visita al señor obispo Don Fray Antonio González, un día de camino distante de la de ciudad Coro; y, habiéndose detenido en esta ciudad mucho tiempo el dicho señor Obispo, después de dos años pasados, envió por sus huesos para darles sepultura en la ciudad; y, habiendo cavado la sepultura para sacar los huesos, hallaron entero e incorrupto el cuerpo del ex- presado Padre Magallón, como si aquel propio día lo hubieran sepu!- tado, y habiéndose resistido los indios de dicho pueblo en que no le sacasen ni llevasen ci cuerpo de aquel siervo de Dios, convinieron en que sólo se remitiese al señor obispo el hábito, que también eba entero y sin corrupción, y un cilicio que tenía ceñido el cuerpo a la cintura. El año de 1719 estuvo en el expresado pueblo de Cuma- rebo el Padre Fray Salvador de Cádiz, y en él hizo misión y averiguó d e los ancianos que trataron y conocieron a este religioso, muchos casos prodigiosos, que, por no ser del intento, se omiten, 134.—Habiéndose levantado por los años de 1760 los indios gayones de la jurisdicción de la ciudad de Barquisimeto, y haciendo las muertes, robos y hostilidades, como consta de autos, no pudiendo sujetarlos por armas, lo redujeron y poblaron los misioneros capu- chinos en la conformidad que queda dicho en el principio de este manifiesto, y hallándose de teniente de dicha ciudad de Barquisimeto Don José de Anieto, puesto por Ci gobernador el marqués de Casal,

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