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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 307 Apure, para que se redujesen a poblarse en la misión, llevándoles al- gunos dones con que gratificarlos, y por el mes de noviembre salie- ron a la misión y pueblo de Cojede, trayendo consigo setenta y seis indios gentiles con su capitán llamado Caracaipa, y se poblaron en dicho pueblo de Cojede. 84.—Por este mismo año, habiendo sido enviados al Orinoco unos indios de nación mapoyes, de los que estaban poblados en Cala- bozo, para que redujesen a los de su misma nación, salieron por el mes de octubre, trayendo consigo una capitanía de dichos indios ma- poyes gentiles, con su capitán muy afamado llamado Yurayuri, y otra capitanía de indios caribes; y, aunque los religiosos que allí estaban los procuraron agasajar con el mayor esmero, no bastó para que dichos indios dejasen de volverse a su vida libre al Orinoco, como de hecho se volvieron, llevándose de más a más muchos de los que teníamos re- ducidos y ya cristianos. 85.—El año de 1725, no pudiéndose reclutar gente para la jor- nada del verano, que en estas tierras es por enero, febrero y marzo, en que los ríos corren dentro de su cauce, dejando libres las campi- ñas y sabanas, por algunos acontecimientos que lo estorbaron, despa- chó el Padre Fray Buenaventura de Vélez, por el mes de marzo, una partida de indios reducidos de su misión de Cojede, los que, después de mes y medio que gastaron en los ríos de los Llanos, volvieron con treinta y seis indios gentiles que redujeron, de nación guáricos, con su capitán muy nombrado y estimado de ellos, llamado Guatarama; po- bláronse en dicho pueblo de Cojede. t. 86.—En este mismo año de 1725, por el mes de septiembre, es- tando inundados los Llanos, salió el Padre Fray Marcelino de San Vi- cente con varias canoas a otra expedición, llevando consigo cincuenta y cuatro soldados, comandados por el capitán Don Ignacio Sánchez, y por fines de noviembre de dicho año volvió con doscientos y treinta indios gentiles, que redujo, de naciones guamos y atapaimas, con los que se fundó una nueva población con el título de Santa Bárbara de Aguablanca, junto al río de Sarare, jurisdicción de la villa de Araure; y, teniendo bastantes bastimentos y ganado, que les llevó el Padre Fray Miguel de Olivares, que fue el que los pobló, después de vesti- dos y surtidos de herramientas, hicieron fuga a los cuatro meses de poblados; y, aunque se hicieron exquisitas diligencias para volverlos a