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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DL CARACAS 299 la ciudad de Guanare, y fueron a la reducción de los indios maspa- rros, y, sabiendo que eran muchos y belicosos, y los soldados que lle- vaban a esta expedición pocos, envió el Padre Fray Marcelino un in- dio, capitán de su misma nación que redujo el año de 1709, lleván,- doles algunos dones que el Padre les envió, y persuadiéndoles saliesen de paz para poblarse; y habiendo reducido hasta doscientos y cincuen- ta indios masparros gentiles que vivían en aquellas montañas, y tra- yéndolos a poblar a la misión y pueblo de San Javier, noticiosos los Reverendos Padres Dominicos, salieron al camino, pidiendo se les en- tregasen aquellos indios por estar en su territorio; y, por excusar de competencias, se los hubo de entregar el expresado Fray Marcelino, y los Padres Dominicos los poblaron en el sitio que llaman el Real, y a poco se les huyeron y volvieron a los montes. 62.—En este mismo año de 16 el padre Fray Pedro de Alcalá fundó el pueblo y misión de Sarare, a orillas del río de su nombre, en el camino real de la provincia, distante cinco leguas de la misión de Cojede y cuatro de la villa de Araure, sitio aparente para la fundación del pueblo, y de la que resultaba grande alivio para los caminantes por ser la garganta por donde han de pasar todos los que caminan de Caracas para la tierra adentro. Pobláronse en él setenta y tres fami- lias de indios atatures y otros que llaman los colorados, a los cuales se agregaron otras familias de indios ladinos que andaban viviendo por los montes, en conformidad de una real cédula de Su Majestad despachada el año de 1702, su fecha en Madrid a 5 de agosto y so- brecartada y mandada guardar este presente año de 1716. 63.—En el año 1717 salió a otra entrada el Padre Fray Marce- lio con ciento y treinta y cinco soldados que llevó de escolta, y, ha- biendo gastado en esta expedición cerca de dos meses, logró reducir y traer consigo ciento catorce indios de nación atatures, los que pobló con los demás de su nación en el expresado pueblo de San Javier. En este mismo año y en el antecedente hubo una gran epidemia o peste en este pueblo, de la que murieron muchos indios de ambos sexos. Sucedieron muchos prodigios y milagros de la divina Providencia para la manutención de tantos indios enfermos y su curación en un para- je tan destituido de todo humano socorro, como entonces lo era, de lo que se ha dado cuenta individual y auténtica al Reverendísimo Pa- dre Comisario general. En este mismo año de 1717, estando instru- yendo y amonestando el Padre Fray Antonio de Castilleja a un indio

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