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298 FUENTES PARA LA IIISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA Portuguesa y explorado la tierra, supieron por los espías y explorado- res que enviaron, cómo en unas lagunas no muy distantes estaban unas grandes rancherías de indios en las que había gran multitud; y, considerando el Padre Fray Marcelino que la poca gente que llevaba, no era capaz para traerlos, caso que ellos se resistiesen, les envió seis indios lenguaraces en su nombre, con diferentes dones, para que vi- niesen de paz a verse con él, lo que ejecutaron; y habiendo tratado con ellos de su reducción, convinieron en ella con la condición de que se habían de poblar donde quisiesen ellos; y, habiéndoseles concedido, salieron más de trescientos indios, los que se poblaron en San Anto- nio de Araure; y sin embargo de habérseles asistido con todo lo ne- cesario para su manutención, vestuario y herramientas, a pocos meses de poblados se huyeron más de doscientos; y, estando después los que habían quedado tratando de hacer fuga, vino el Padre Fray Marcelino y se los llevó al expresado pueblo de San Javier, en donde los pobló con los demás de su nación. 59.—En este mismo tiempo hizo otra entrada el Padre Fray Pedro de Alcalá con gente y soldados de la ciudad de Guanare, y, habiendo penetrado en los ríos de Boconó y Masparro, redujo en las riberas del río de Santo Domingo, jurisdicción de la ciudad de Bari- nas, más de trescientos indios de nación achaguas, los que trajo consi- go y pobló en el pueblo de Cojede y antes de un año hicieron fuga, no quedando más que nueve familias que compondrían entre todos cuarenta a lo más. 60. —Por este mismo tiempo se introdujo apostólicamente por los Llanos para reducir indios el Padre Fray Arsenio de Sevilla y, ha- biendo llegado al sitio que llaman el Real, jurisdicción de la ciudad de Barinas, redujo gran cantidad de indios infieles de nación que llama- ban cucuaimas, a los que pobló en dicho sitio y estuvo doctrinando, hasta que cansados los indios quisieron matar al religioso varias ve- ces, y no lo ejecutaron por especial providencia de Dios, hasta que el Prefecto le mandó se retirase a cultivar los indios guamos de Coje- de, y, habiéndolo ejecutado así, vinieron de orden de la Real Audien- cia de Santa Fe los reverendos padres de Santo Domingo para enten- der en la reducción de los expresados indios cucuaimas. 61 .—El año de 1716 volvió a salir el Padre Fray Marcelino a otra entrada, llevando en su compañía a los capitanes Don Juan Fer- nández de la Puente y a Don Juan Cristóbal de los Reyes, vecino de

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